RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 7 junio, 2023 | Hace 1 año
La derrota de Alejandra Del Moral, y por ende de la alianza conformada por priistas, panistas y perredistas, parece ser huérfana, ya que salpican para todos lados y no aceptan su responsabilidad en el tema.
Alejandra es la principal responsable de la derrota, ya que fue alertada muchas veces sobre lo que se venía y jamás hizo caso de nadie, más que de sus principales operadores que la engañaban.
De inicio, Alejandra equivocó la estrategia, ya que se presentaba como oposición, siendo que su partido (PRI) gobierna todavía el Estado de México.
Siendo precisamente una de las entidades con mayor inseguridad, con una creciente ola de feminicidios, con problemas de transporte, delincuencia organizada, vialidades y muchos otros problemas que se acarrean, nunca quiso aceptarlo, ya que cuidaba a quien creyó la protegería y apoyaría hacia una supuesta victoria, el gobernador Alfredo Del Mazo III.
Alejandra fue advertida muchas veces de que no creaba percepción de victoria y que Morena se les había encimado con una serie de encuestas “patito” que recreaban una eventual diferencia de entre 20 y hasta 30 puntos entre Delfina y ella.
La propia Delfina se la cantó en dos ocasiones en el par de debates celebrados durante la campaña, donde se jactó de que la priista se encontraba molesta por saber que iba 20 puntos abajo en las preferencias de las encuestas.
Ese fue uno de los errores de la alianza no generar percepción y, por el contrario, mostrar una actitud de conformismo.
Sus asesores le aseguraron que, llenando el estado de espectaculares, mostrándola sonriente y destacando lo valiente que es, tendría encantados a los electores, lo que no ocurrió.
Las cifras de la votación muestran como el PAN no pudo cumplir con su promesa de votar por Alejandra y faltó la concurrencia de simpatizantes y militantes blanquiazules en las urnas.
Una anécdota retrata lo anterior, un amigo juega constantemente golf con un grupo de empresarios mexiquenses, todos ellos simpatizantes del PAN. El domingo los cuestionó sobre si ya habían votado y respondieron al unísono, nosotros no votaremos por la priista, preferimos no hacerlo.
La poca afluencia en las urnas (menos del 50 por ciento) y el escaso nivel de su convencimiento fueron otro factor que le afectó, el PAN bajó su votación y el PRD hasta perdió el registro local.
Ya hemos hablado de lo mal integrado que estuvo su cuarto de guerra y la desidia y falta de garra de muchos de ellos, además de carencia de conocimientos electorales.
Alejandra se reveló como una buena candidata, pero ella sola no podía y la percepción de la que hablamos mostraba que el gobernador no la apoyaba y la había dejado a su suerte, lo que también ocurrió, aunque fue lo menos que provocó la debacle.
Dentro de lo mala que fue su campaña, hay una buena noticia para ella, comprobó que puede ser una buena candidata y que en los próximos comicios federales sería una buena exponente de una posible nominación al Senado de la República, cargo que se le negó hace seis años.
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Mientras Morena tiene ya decididas las rutas a seguir en su camino al 24, los partidos de oposición dan tumbos, quedando rezagados de quien le lleva bastante distancia. Como si fuese poco, panistas, priistas y perredistas ya recibieron el rotundo no de parte del MC, cuyo dueño, Dante Delgado les manifestó que prefiere ir solo. Para colmo de males el PRD perderá el registro local en Coahuila y el Estado de México, al no alcanzar el 3 por ciento de los votos emitidos, necesario para subsistir.