RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 28 junio, 2023 | Hace 1 año
Llámenle como quieran, faramalla, enredo, deficiencia, falla, patraña, incompetencia, imperfección o use el sinónimo que quiera, pero la contienda presidencial está alejando a la ciudadanía de las urnas.
Un Presidente de la República metido hasta el fondo en su sucesión, con los suyos y los ajenos y una oposición que parecía recobrar vida y de pronto se le desmorona su castillo de naipes.
El Ejecutivo federal apuesta su resto al considerar que en un par de días dará a conocer el nombre del candidato o candidata presidencial de la oposición, pero no se atreve a dar el de quien abanderará a Morena, donde se considera que es, simplemente, una simulación y que él ya tiene favorita.
Una oposición que, por fin, consolida la alianza y forma un Frente Amplio Opositor, con tintes democráticos, para contrastar con la mecánica del partido gobernante y que después de anunciarlo muestra signos de fragmentación.
No es solamente que se bajaron dos aspirantes que, en realidad, pocas oportunidades tenían de encabezar ese frente electoral, pero una más conocida por sus gritos y reclamos, pero no por proponer asuntos de importancia, exige le resuelvan 50 puntos para decidir si participa o no en el ejercicio que los partidos firmantes consideran democrático.
Para colmo de males al frente opositor, los integrantes del Consejo Electoral Ciudadano deciden no participar por el cambio de reglas, ya que consideraban que sería un gran frente cívico y no los partidos políticos y una parte de la sociedad civil los organizadores de este proceso democrático.
Total, que un Presidente molesto por no conseguir que se fracturara la oposición y no pudieran firmar una alianza ni siquiera tendrá que hacer demasiado por desbocarlos del camino, ya que ellos mismos se encargarán de hacerlo.
Poco les duró el gusto y habrá que ver de qué manera resuelven el enredo propiciado por el derrumbe de su Consejo Electoral, que conformaban expertos electorales y dos o tres personajes sin calidad moral.
Los unos (partido gobernante) y los otros (oposición) parecen estar empeñados en que los ciudadanos no acudan a las urnas, con algunas de sus acciones.
Se requiere transparentar todo, para alentar a los electores y que sufraguen con toda la confianza necesaria y encuentren, motivos por los cuales derrumbar esa enorme realidad que es la apatía ciudadana para acudir a las urnas.
El frente opositor abre la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda registrarse y presentarse como opción y no solamente los políticos de siempre que entre ellos registran más derrotas que victorias en su paso por las urnas. La alianza requiere de caras nuevas, que presenten opciones, conocimiento, que den confiabilidad y no políticos con una larga cola y que, algunos de ellos, desde el extranjero lanzan su candidatura. Otros más con procesos pendientes y acusaciones de malversación de fondos, enriquecimiento súbito y tropelías al por mayor.
El partido mayoritario violando la ley con sus “corcholatas” y con un juego perverso desde las propias entrañas del gobierno, pero eso ofreciendo premios de consolación para los o la que no alcance el premio mayor.
Si se continúa con engañifas de democracia, la respuesta ciudadana se verá en las urnas, con una poca concurrencia.
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De verdad, las dos decenas de aspirantes de la oposición se registrarán para competir o se darán cuenta que varios de ellos no tienen ni siquiera respaldo para ganar su elección de cuadra… Sobrada se ve a Xóchitl Gálvez, quien con muchas tablas y oficio político aprovecha todos los momentos para sacar ventajas a sus competidores por la nominación del Frente Amplio por México… Una priista que está haciendo bien las cosas es la dirigente estatal en Sinaloa, Paola Gárate, la que ya puso sobre alerta al gobernador Rubén Rocha Moya, al que le preocupa que el partido tricolor se esté reorganizando. Siguiendo el ejemplo presidencial el gobernante quiere interferir en los asuntos internos del PRI.