Rubén Aguilar 10 julio, 2023 | Hace 1 año
En diversos artículos se ha analizado que las recientes salidas de militantes del PRI, entre ellos dos exgobernadores, cuatro senadores y algunos diputados locales, es expresión del anunciado fin del PRI, que no termina por ocurrir.
En una conversación con dirigentes de ese partido me plantean otra lectura desde el interior de ese instituto político. Me dicen que después de siete años, el PRI nacional acaba de recuperar el liderazgo del partido en Hidalgo.
Estuvo en manos del gobernador Omar Fayad (1962) que, entre otras cosas, trató de impedir que el PRI designara como candidata a la gobernatura a Carolina Viggiano (1968), secretaria general de partido.
Y ya en la elección de manera abierta trabajó a favor del candidato de Morena, Julio Menchaca Salazar (1959), que por años había militado en el PRI. Fayad antes de su renuncia ya simpatizaba con ese partido.
El pasado 20 de junio en Hidalgo renunciaron los ocho diputados del PRI en el congreso local, entre ellos el presidente del partido. Todos del grupo cercano a Fayad, que ya antes se habían distanciado del partido que los llevó al cargo que ahora tienen.
A partir de ese momento, después de siete años, el PRI nacional recupera el liderazgo y pone como presidente del partido al diputado federal Marco Antonio Mendoza (1986). Piensan que, ahora, el partido empezará a crecer.
El pasado 3 de julio renunciaron al PRI cuatro senadores: Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila. Los cuatro son plurinominales. No ganaron la elección de manera directa.
El análisis del PRI es distinto en cada caso, pero tienen en común que desde hace ya muchos meses, por voluntad propia, no participaban de la vida del PRI. En el partido eran marginales.
En la decisión de Eruviel Ávila (1969), que fue gobernador del Estado de México, está que no quiso enfrentar como oposición al próximo gobierno del estado, que va a encabezar Delfina Gómez (1962), de Morena. Es una decisión en defensa de intereses personales.
Miguel Ángel Osorio Chong (1964) y Nuvia Mayorga (1966) son senadores por Hidalgo. Cuando Osorio Chong fue gobernador, Mayorga se desempeñó como secretaria de Finanzas.
En el PRI consideran a Osorio Chong, cuando fue secretario de Gobernación del presidente Peña Nieto, como responsable de las derrotas electorales de 2015 y 2018.
Lo acusan, entre otras cosas de traidor por haber entregado gubernaturas a la oposición, para construir su candidatura a la presidencia, que no logra. Peña Nieto nombra a José Antonio Meade. A partir de entonces ya no significa nada en el PRI.
La senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas (1972), sobrina del presidente Carlos Salinas de Gortari, estaba cercana a Osorio Chong, pero no tenía ninguna presencia en el partido. Aspiró a ser candidata a la presidencia, pero cuando vio no tenía la más mínima posibilidad, dejó el PRI.
¿En 2024 cuál será la posición de estos militantes que han renunciado? Se preguntan los dirigentes del PRI. Por lo pronto ven como positivo la salida de estos personajes; algunos habían trabajado abiertamente por Morena y otros, siendo marginales, no aportaban nada al partido.