Jose Ureña 28 julio, 2023 | Hace 1 año
La armonía está en riesgo.
Las tendencias no corren por la ruta previsible y eso empieza a despertar celos entre los partidos del Frente Amplio por México (FAM).
¿Cuál es el problema?
La idea original de las dirigencias era proyectar precandidatos con representaciones de los tres partidos conformantes, PAN, PRI y PRD.
Uno por cada uno o máximo dos.
El cuarto sería impulsado por la llamada sociedad civil, en el cual participarían organizaciones sociales: Observatorio Ciudadano, Frente Cívico Nacional y otras interesadas en un gran proyecto democrático.
Pero la llegada de Xóchitl Gálvez cambió todo.
Ella ha sustituido a quien pretendía representar a la población en general porque ninguno de sus prospectos creció y hasta el exdirigente patronal Gustavo de Hoyos desapareció.
Y aunque impulsada por el gobierno panista de Vicente Fox y llevada al Senado de la República a impulso de Acción Nacional, la senadora no es identificada con ninguno de los partidos y enhorabuena.
UN MILLÓN DE FIRMAS
Hoy sólo hay militantes en la contienda interna.
Santiago Creel es uno de los perdedores en este reacomodo y cuyas repercusiones llegan a Palacio Nacional, donde se le critica tanto por su nombre, Xóchitl Gálvez, como su despectivo alias Señora X.
A estas alturas nadie duda de su crecimiento y de su inminente victoria por la gran repercusión mediática y el éxito de sus convocatorias a actos públicos, así como la colecta de firmas.
Ahora el reto es dar otro impacto.
El dirigente panista Marko Cortés planteó originalmente un millón de firmas para dar paso a aspirantes del PAN, lo cual le generó muchas críticas y él debió recular.
Pero la tendencia de adhesiones de Xóchitl Gálvez, tanto por su dinámica como por el tiempo restante, la coloca en perspectiva de superar esa cifra y dar un gran golpe propagandístico.
Eso debiera acabar las resistencias al interior de ese partido y mayores respaldos de los dirigentes Alejandro Moreno (PRI) y Jesús Zambrano (PRD) para una legitimidad no esperada.
Empero, hay algunos elementos oscuros.
Ya anotamos aquí la influencia de Palacio Nacional para movilizar huestes a favor de Santiago Creel a fin de enturbiar la victoria de la hidalguense.
En el priismo se hacen esfuerzos por reposicionar a Beatriz Paredes sobre Enrique de la Madrid, mientras en el perredismo no despuntan ni Miguel Mancera ni Silvano Aureoles.
Es decir, como debe haber tres prospectos para la siguiente etapa de debates y votación, los impulsos perfilan a Xóchitl Gálvez, Santiago Creel y Beatriz Paredes como representantes del Frente.
AUTONOMÍA EN RIESGO
No todo está escrito para la UNAM.
Por su autonomía, el relevo del rector Enrique Graue debiera ser asunto exclusivo de los universitarios, pero se le ha metido mucho ruido desde el Gobierno.
El discurso de Palacio Nacional habla de pleno respeto a esa independencia, pero a la vez llama a acabar con la supuesta hegemonía del doctor José Narro Robles para terminar su derechización.
Simultáneamente se destaca la participación del estudiantado en aras de una supuesta democratización, lo cual puede llevar a una agitación para el relevo sucesorio de octubre.
Ningún sector del país está para incendiarlo.