Enrique Aranda 23 agosto, 2023 | Hace 1 año
Desde Morena, otra denuncia por corrupción oficial.
Si bien nadie parece poner en duda ya la consolidada hipótesis de que, al margen de los resultados que arrojen de los sondeos “espejo” a realizar por firmas cuya identidad se mantiene en secreto, Andrés Manuel López Obrador acabará imponiendo a la impresentable Claudia Sheinbaum como su sucesora al frente de la fracasada 4T, no son pocos quienes insisten en que el riesgo de fractura o, peor, clara ruptura al interior de Morena, continúa ahí.
Como respuesta a las explícitas denuncias de acarreo con cargo al erario y apoyo de la estructura gubernamental, sí, el despilfarro y descarado apoyo que en favor de la impresentable exregenta hiciera públicas Marcelo Ebrard, sino porque, diría un clásico, “el excanciller no se subió al ring con las manos atadas a la espalda…”, a su lado y con inquietudes similares “avanza” otra de las corcholatas, el zacatecano Ricardo Monreal, en concreto, más decenas, cientos, de liderazgos del oficialismo a nivel nacional y, por si fuera poco, porque “parte importante de la militancia activa está harta” de la autoritaria forma de actuar del inquilino de Palacio.
¿Que no? ¿Cómo explicar entonces el consistente interés del cuestionable administrador de turno, que no dirigente del partido del gobierno, Mario Delgado, por convencer a propios y extraños, un día sí y el otro igualmente desde que se evidenció el malestar del exjefe de Gobierno capitalino, de que el proceso de las 12,500 encuestas a levantarse en hogares del país entre el lunes y viernes próximos se encuentra absolutamente blindado, que el resultado será incuestionable y no existe posibilidad alguna de un empate que pudiera servir de sustento a nuevos reclamos? No parece lógico ni explicable si no existen los riesgos citados y si, como el propio partido salió a aclarar ayer, “Ebrard no presentó prueba alguna de sus acusaciones contra Sheinbaum”…
Al margen del incuestionable manejo dictatorial de asuntos y procesos al interior del gobierno y del lopezobradorismo, insistamos, ni marchan al ritmo que su incuestionable gurú pretende hacer creer a la sociedad ni los personajes directamente involucrados en las temáticas aquí abordadas pudieran estar dispuestos a “bajar la cabeza” y aceptar de manera acrítica decisiones en su contra como, en otro tiempo, ya lo hicieron muchos de ellos. ¿O sí?…
ASTERISCOS
De llamar la atención el cuidado extremo con que Marko Cortés y Jesús Zambrano, del PAN y del PRD, respectivamente —“en lo oscurito”—, manejan ahora, tras la declinación de Santiago Creel a la nominación del Frente, que centró la puja entre Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes, su relación con el impresentable Alejandro A(m)lito Moreno, pues, dicen, el riesgo de ruptura ahí sigue…
* A la vista de la rendición del V Informe de la fallida y declinante administración sexenal, nada parece estar más claro hoy que su fracaso en la solución de los problemas más ingentes del país: educación, desarrollo de infraestructura, salud, economía —más allá del irresponsable dispendio de recursos públicos— y, claro, violencia e inseguridad. Atentos…
Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.