Jose Ureña 29 agosto, 2023 | Hace 1 año
Es una toma sigilosa.
Impulsada desde el Gobierno y su aparato político, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero con varios operadores.
Los más influyentes son Alfonso Durazo, gobernador de Sonora y a la vez presidente del Consejo Nacional del nuevo partido de Estado, y por supuesto el dirigente Mario Delgado.
Los consejeros del INE están sorprendidos de su ascendencia sobre la paisana de ellos y presidenta del organismo, Guadalupe Taddei.
Pero han descubierto parte de las maniobras y tal vez por eso rechazaron con seis votos la designación de funcionarios cuestionables a su vista y por su filiación política.
Público fue el escándalo del rechazo de Flavio Cienfuegos como secretario técnico del Instituto en lugar de Edmundo Jacobo Molina.
Una posición clave porque es el responsable del manejo de la estructura y organizará los procesos electorales de 2024.
Jacobo Molina recibió muchos amagos desde Palacio Nacional y debió renunciar a su larga carrera y saber cuando advirtió la proclividad del nuevo Consejo General hacia la autoridad.
Entonces Taddei invitó a la exconsejera Adriana Favela para esas funciones administrativas y jurídicas, pero como declinó, se designó de encargada a María Elena Cornejo.
VENIDOS DE SONORA
Hay nombramientos sospechosos.
Puestos administrativos secundarios, responsables de obras y contratos, son ocupados por personas venidas casualmente de Sonora.
Varios de ellos intervinieron en la elaboración del proyecto de presupuesto para el año próximo, el más grande de la historia: más de 23 mil 757 millones de pesos.
Cifra de escándalo para muchos y contraria al discurso de austeridad del Presidente en tiempos de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Había odio hacia ellos, pero las críticas se acabaron en cuanto llegaron -vía tómbola como propuso Adán Augusto López como secretario de Gobernación- Guadalupe Taddei, Rita Bell, Arturo Castillo y Jorge Montaño.
Mucho dinero pero insuficiente porque diez mil 444 millones de pesos irán a partidos y quedará poco para labores ordinarias del INE, como detallaremos en otra entrega.
BEATRIZ A UN LADO
De mucha trascendencia es la decisión de la cúpula priista.
Alejandro Moreno, Alito, no cedió a la tentación sugerida por viejos cuadros a fin de imponer a Beatriz Paredes sobre la popularidad de Xóchitl Gálvez.
Con esta acción vuelve a salvar al Frente opositor, cuyas vicisitudes son crecientes y todavía tiene muchos retos por atender para transitar hacia una postulación tersa.
La vez anterior fue cuando Claudio X. González comparó a este régimen con lo peor del viejo PRI, y tanto las dirigencias panista y perredista, así como organizaciones sociales, vieron un distanciamiento.
Alito habló con el empresario, éste pidió disculpas y fue posible dar oportunidad a 33 y culminar con dos mujeres.
Ahora el reto es hacer una encuesta incuestionable, organizar la instalación de casillas móviles -reto también del morenismo- y facilitar la participación de dos millones de ciudadanos con derecho a voto.
Porque sigue la depuración y se estima rechazar a un millón de inscritos con errores o de plano fraudes a la plataforma.