Columnista Invitado 8 abril, 2022 | Hace 3 años
El plazo se cumple el próximo domingo, será entonces cuando se vea que pesó más, si los constantes llamados de la oposición para no ir a votar o la promoción de los servidores públicos para que los electores sufraguen.
Con dos apuestas diferentes, los casi 100 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral deberán definir entre tres opciones cual será la ruta a seguir: 1.- no votar como son los continuos llamados de la oposición 2.- sufragar en contra de la continuidad del Presidente 3.- aprobar que el Ejecutivo federal siga en su cargo.
Claro que, de acuerdo, a lo que se advierte, no se podrá alcanzar el 40 por ciento de la participación ciudadana, para hacer la Revocación de Mandato vinculadora.
Es evidente que con todo y la publicidad realizada por funcionarios públicos, gobernadores, legisladores y el propio Presidente de la República, los llamados a votar no tuvieron el éxito deseado, ya que la concurrencia a las urnas se calcula que será como cifra mínima de 10 millones de sufragantes y máxima de 20 millones de votantes.
Eso sí, los afines al actual gobierno no se cansaron de violar las normas establecidas y siguieron bombardeando con propaganda, como un llamado a la población para ejercer el derecho al voto.
Los pleitos con el INE y con el Tribunal Electoral y los exhortos para que no los miembros del gobierno dejaran la promoción quedan atrás y ahora, llegó la hora de la verdad.
Es cierto que los números no alcanzarán para hacerla vinculadora, pero el 10 de abril se podrá constatar que tan fuerte sigue estando MORENA como partido gobernante y que tan grande sigue siendo la popularidad del Presidente López Obrador.
Lo que si se advierte es que los votantes sufragarán en su mayor parte por la continuidad del Presidente López Obrador
El resultado puede incidir en los comicios del cinco de junio a realizar en seis entidades del país y en la que se elegirán igual número de gobernadores o gobernadoras.
Hay quienes tachan este proceso democrático como innecesario y de un elevado costo que pudo haber servido para otros fines. Otros más lo sitúan como una artimaña para medir el alcance de una supuesta reelección del actual Presidente de la República, algo sumamente distante de la realidad.
Se trata del primer ejercicio de tal magnitud en México y quedará para el futuro, para que los ciudadanos salgan a votar en caso de no querer que los pésimos gobernantes continúen ejerciendo sus cargos.
Con todo y ello, los detractores de la Revocación de Mandato consideran que el país no está preparado para este tipo de ejercicio y auspiciados por los partidos opositores al gobierno y por una serie de personajes que también lo son, han convertido en el tema en uno de los más polarizados.
De que se tenga memoria no existía una polarización tan grande en el país, cuando menos en la época moderna, de la segunda mitad del siglo XX hasta la fecha, la situación actual es la más polarizada vivida.
Nada parece calmar los ánimos de los detractores y los apoyadores de la actual administración y del resultado de la votación del 10 de abril saldrán más elementos para que la pugna crezca todavía más.
Esperemos que la jornada del domingo 10 de abril ocurra en un marco de tranquilidad, sin excesos, ni ánimos exaltados y que resulte lo mejor posible en cuanto a resultados, sin que nadie use pretexto de algún tipo para descalificarla.
Atrás quedarán las controversias con el INE y las autoridades electorales, los reclamos de unos hacia otros y la paz continúe imperando en el país, ya que viene una semana de reflexión que puede servir como catalizador y atemperar cualquier exceso.
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