Iván Soto 20 junio, 2022 | Hace 2 años

Durango, adicto a la rueda de la fortuna

He escrito en varias ocasiones sobre Durango y la depresión social colectiva que vive nuestro pueblo, así como sus distintas etapas de comportamiento entre la sociedad.
También, he comentado que el padecimiento de la depresión social o depresión colectiva no es de ahora, sino al parecer data desde varias generaciones que nos anteceden.
Bueno, quiero referirme a algo que es muy común entre la gente que nacimos o tenemos muchísimos años viviendo en Durango. Trataré de explicar nuestra “adicción” a la “rueda de la fortuna”.
Somos muy novedosos, pero, con la misma euforia que nos abrazamos a la novedad durante un tiempo, así igual, cuando deja de ser novedad la empezamos a frecuentar mucho menos.
Esto llega a pasar hasta el grado que en muchos de los casos nos aburrimos rápido de esa novedad y ya queremos otras.
En ese sentido, yo suelo asemejar esas vivencias cortas de adrenalina y dopaminas colectivas, a ese momento en el que el niño sube a una rueda de la fortuna y se enamora de la emoción. Si antes lloraba o hacía berrinche, lo olvidó por completo por ese shot de hormonas y químicos diversos.
Lo riesgoso, si en verdad estamos viviendo el comportamiento de depresión social que vengo observando, es que cada vez que hay elecciones el duranguense promedio suele acumular una gran cantidad de expectación, pues el triunfo del proyecto político en el que confió a nivel masivo es como esa rueda de la fortuna.
Sin embargo, lo que no nos dicen es que al niño berrinchudo (el pueblo deprimido) lo mantendrás optimista y de buenas mientras se suba a más y más “ruedas de la fortuna” que los padres (gobiernos-políticos) generen, y cuando dejan de existir, o dejan de motivar, vuelve la cruda realidad de la desesperanza.
La Feria Nacional de la capital duranguense, las ferias de cada municipio o pueblo, los festivales artísticos y musicales, etcétera, son es una rueda de la fortuna para el paciente triste que es Durango. Pero también lo son las elecciones y las expectativas políticas de cambio.
¿Qué ha pasado cada seis años? La ilusión de la llamada “luna de miel” se está terminando cada vez más rápido, la ansiedad y la angustia hacen que se note cada vez más pronto una sociedad desesperada, sin tiempo para dejar que los procesos de cambio actúen en su tiempo y en su espacio correctos.
Me explico por qué la importancia de no fallar, como un llamado de alerta a nuestras próximas autoridades si es que verdaderamente quieren empezar a atender las raíces de la depresión social. De lo contrario sólo veremos “ruedas de la fortuna” para entretenernos y no hacer junto a los nuevos gobiernos un cambio de fondo, un cambio de a de veras. Mañana parte II.
Nos leemos y nos vemos a diario en la Multiplataforma En Vivo Durango.

Notas Relacionadas

@_APnoticias_

#LaPolíticaMeDaRisa

Siguenos