RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 26 agosto, 2022 | Hace 2 años
Dividir a los partidos que conforman la alianza Va por México y alentar las candidaturas por separado de cada partido es uno de los propósitos fundamentales de Morena en el Estado de México.
De ahí que alienta a panistas y priistas para que enfrenten solos, con sus propios candidatos, a Delfina Gómez Álvarez, la ya visible candidata de Movimiento de Regeneración Nacional.
Y es que panistas y priistas, con el acompañamiento de perredistas cuentan cada uno con buenos candidatos, aunque a ninguno de ellos se les advierte con triunfadores, en el caso de ir solos.
La divulgación de encuestas en las que Alejandra Del Moral y Delfina Gómez aparecen casi parejas en intención de voto, con Ana Lilia Herrera cercana a ambas, hace dudar a Alfredo Del Mazo sobre el ir solos con su candidata (Alejandra) y demostrar que el partido tricolor se encuentra vigente.
Tal paso le aseguraría la candidatura presidencial del PRI, aunque echaría a perder la futura alianza de los tres partidos en su aventura presidencial.
Esta hipótesis tiene un inconveniente, el propio Alfredo no está seguro de sentirse competitivo o que le interese la candidatura.
Y es que aseguran que Del Mazo se siente sumamente presionado y no está acostumbrado a sentirlas, pues las cosas se le han dado demasiado fáciles.
Asumió la dirección estatal de Turismo desde la que se le proyectó a la alcaldía de Huixquilucan, desde donde se le impulsó como aspirante al gobierno, distinción que recayó en Eruviel Ávila, con la promesa de que en seis años le tocaría a él. A la espera de ser candidato fue designado director de Banobras y electo diputado federal, para impulsarlo a la candidatura.
Alfredo aceptó competir por el gobierno del Estado de México, por un compromiso adquirido con su primo Enrique Peña Nieto, quien seis años antes no lo pudo proyectar a esa posición.
Y es que el actual gobernador mexiquense sabe que la ruta trazada desde su niñez era convertirlo en el tercero de los Alfredo en gobernar el Estado de México y, si pudiera, competir por la Presidencia de la República, algo que su abuelo y su padre no pudieron.
Pero Alfredo tercero carece de las armas políticas que tuvieron sus ancestros y la política no le interesa tanto y se mantiene en ella solamente por tradición familiar y lo que aporta la política a su estilo de vida.
Sus principales impulsores son su círculo cercano de colaboradores y amigos empresarios que lo impulsan hacia una meta que el propio Alfredo sabe que no podrá cumplir. Alfredo se encuentra dubitativo, pues analiza lo que hicieron sus colegas de militancia, Omar Fayad, Claudia Pavlovich, Quirino Ordaz y Alejandro Murat, además de otros como Carlos Joaquín González, quienes han sido bien tratados por el gobierno federal y, en algunos de esos casos, recibieron recompensa política.
Se encuentra temeroso de equivocarse y que le caiga toda la fuerza del gobierno y se asomen algunas investigaciones de la “estafa maestra” en que se involucra a Banobras en el tiempo en que él fue su director. Por eso Morena mantiene la confianza en que Delfina saldrá avante en su segunda aventura electoral por el gobierno mexiquense.
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Metido con calzador por sus padrinos, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad de la CDMX, aparece como el mejor posicionado para competir como candidato de Morena. Esa necesidad que mantiene por jugar a la política, lo hace olvidar los consejos de uno de sus padrinos que lo llamó a cuentas y le recordó, tú eres policía y te gusta serlo, no le entres a la política…Mario Delgado, Martí Batres, Rosa Icela Rodríguez y otros más no se encuentran contentos con estos resultados.