Rubén Aguilar 3 octubre, 2022 | Hace 2 años
En marzo de 2022, por primera vez se supo del colectivo Guacamaya cuando difundió que la minera Fénix, en Guatemala, violaba los derechos humanos de las comunidades indígenas, como lo cuenta Beatriz Guillén (El País, 01.10.22).
Los hackers del grupo filtraron miles de documentos sobre persecuciones a periodistas y estrategias violentas sobre la población para acceder a los yacimientos a la plataforma de investigación Forbidden Stories.
Se puso en evidencia la corrupción e impunidad de Solway, gigante mundial de ferroníquel, dirigida por empresarios rusos. Esa investigación ha sido nominada a los premios de periodismo Gabriel García Márquez 2022.
Los integrantes del colectivo se identifican como hacktivistas y son una organización sin fines de lucro. Tienen como objetivo: “Entregar la información a los pueblos para remover la digna rabia, para que las que no hayan visto, vean y para pensar en la liberación de los pueblos y de la Madre Tierra”.
De la lucha contra las mineras han pasado al ataque a los militares de América Latina porque “Los ejércitos de Abya Yala (término que las naciones indígenas utilizan para nombrar el continente americano) han garantizado y facilitado la entrada de empresas extractivistas provenientes del Norte Global”.
Añaden que estos “son los guardaespaldas. El ejército armado es el que ejerce el trabajo sucio de los Estados, de las empresas, de la delincuencia organizada como el narcotráfico”.
El primer golpe lo dieron al Ejército de Chile cuando dieron a conocer, el pasado 19 de septiembre, 400,000 correos confidenciales de ese cuerpo armado. Como resultado de la filtración de los documentos tuvo que dimitir jefe del Estado Mayor, Guillermo Paiva.
Después de ese evento hicieron público que habían hackeado los archivos de los sistemas militares de México, Perú, El Salvador y Colombia. Y que habían entregado ya parte de esa información, dentro de la Operación Fuerzas Represivas.
El segundo golpe a un Ejército llegó, el pasado jueves, cuando el periodista Carlos Loret de Mola, de Latinus, dio a conocer información sobre los archivos hackeados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Son, según el colectivo, 36 millones de documentos PDF, 1.5 millones de fotos y 3 mil horas de videos (seis terabytes de información), que dan cuenta, entre otras cosas, de operaciones de seguridad.
El colectivo en twitter tiene la dirección @GuacamayaHacks en la que cuenta con 81,563 seguidores. Se unieron en septiembre de 2022.
En uno de sus últimos tuits dicen: “Es momento de despertar, abrir los ojos y ver cuál es la realidad del país. Muchos de ustedes están dolidos porque creyeron en el proyecto de AMLO, él claramente falló”.
En las entrevistas que realizó Guillén, de la redacción de El País en México, los expertos en ciberseguridad le dicen que había claras vulnerabilidades en el sistema de información de la Sedena que nunca se corrigieron. Para los hackers no resultó complicado substraer la información.
Los expertos le han dicho a Guillén que es muy probable que en los próximos días, tal como ocurrió en el caso de Chile, el colectivo Guacamaya establezca una plataforma gratuita donde cualquiera pueda consultar la información sustraída al Ejército mexicano.
En un video el colectivo plantea: “Guacamaya invita a los pueblos de Abya Yala a que hackeen y filtren estos sistemas de represión, domino y esclavización que nos domina, y que sean los pueblos los que decidan buscar la manera de liberarnos del terrorismo de los estados”.
Falta que en los próximos días no solo fluya la información hackeada del Ejército mexicano, sino que se den a conocer los documentos de los archivos de los ejércitos de Perú, El Salvador y Colombia.
@RubenAguilar