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°CRAMÓN ZURITA SAHAGÚN 24 octubre, 2022 | Hace 2 años
Se desconoce si fue la publicación del libro El rey del cash, la incontrolable campaña anticipada de las tres “corcholatas”, la revelación del hackeo a las fuerzas armadas u otros motivos los que están desatando a los demonios y llevando a la autodefinida Cuarta Transformación a situarse en la adversidad de los tiempos difíciles.
Algunos buscan colocarse al lado del grupo vencedor, sin importar el grado de daño que provoquen, pero se siente el olor fétido que despiden las cañerías políticas.
Comienzan a asomarse fisuras dentro del antes cerrado círculo político y algunos de los personajes afines al primer mandatario asoman la mano para manejar los hilos de la “tenebra” para posicionar a su favorito o favorita y golpear al adversario.
Un secretario de Gobernación imbuido de fajador, un secretario de Relaciones Exteriores aprovechando los resquicios por los que pueda asomarse y una jefa de Gobierno de la CDMX, paseando por todo el territorio nacional, donde es recibida con los gritos de presidenta, presidenta, presidenta, se desenvuelven en el marco de las campañas anticipadas, sin rubores de ninguna clase.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, ni cabalgan libremente, ya que detrás de ellos se asoman una serie de acontecimientos que pueden derivar en una visible ruptura en los niveles altos del círculo mágico del obradorismo.
Definida la candidatura de Morena para el Estado de México en favor de Delfina Gómez, quien repite como abanderada, las cosas no marchaban como tenían previsto, Higinio Martínez se hace el remolón y como la Panchita, de la canción, se agacha y se va de lado, aunque aparezca al lado de sus dos principales ahijados políticos, la mencionada Delfina y Horacio Duarte, convertido en el coordinador de la venidera campaña electoral de la ex secretaria de Educación Pública.
En Coahuila, las cosas no pintan mejor y el senador Armando Guadiana se mantiene alerta ante la probable imposición de la candidatura de Ricardo Mejía Berdeja y abre fuego en contra de esta decisión.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue el amago de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores de usar su “Martes del jaguar” para abrir fuego en contra del senador Ricardo Monreal, la “corcholata” presidencial incómoda, del que dijo revelaría algunos audios. No tardó en llegar la respuesta del zacatecano, quien simplemente dijo que está acostumbrado a ser espiado y dejó en claro que en cuanto eso ocurriera, presentaría denuncia formal por espionaje en contra de los presuntos responsables.
A lo que Layda simplemente reculó.
La gobernadora de Campeche está instalada en los sótanos más profundos de las cañerías de la política y al no accionar en materia de buen gobierno insiste en dedicar su tiempo a difundir audios de personajes que no le son gratos, tal como ocurrió con el ex gobernador Alejandro Moreno y pretendió hacerlo con Ricardo Monreal.
La ruda Layda abiertamente respalda como su “corcholata” favorita a Claudia Sheinbaum, por lo que hará cualquier cosa para respaldarla, sin importar el sesgo que tome su actitud y desatar una guerra sucia al interior del partido y sus militantes.
Lo caliente que se pone el escenario político prende focos amarillos dentro del gobierno federal y los militantes de Mirena, el que podría cambiar de color ante el desarrollo de los acontecimientos y tornarse rojo encendido.
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La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, se mantiene firme en su hostilidad en contra de su antecesor, Jaime Bonilla y todo lo que huela a su gobierno. Marina emprendió una campaña de persecución en contra del ex secretario de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, por supuestos delitos de uso ilícito de atribuciones y facultades en el ejercicio de su encargo.
