Roberto Santiago 7 noviembre, 2022 | Hace 2 años
Con la Cámara de Representantes, el Senado, 36 gubernaturas y legislaturas estatales en juego, Estados Unidos entró al tramo final del maratón electoral del 8 de noviembre, en medio de indicativos de que los demócratas abandonaron la ambición de ganar y se enfocaron en reducir el tamaño de la derrota y defender incluso escaños en estados como California y Nueva York.
Mientras el mandatario Joe Biden, los ex presidentes Barack Obama y Bill Clinton, así como la vicepresidenta Kamala Harris y la ex primera dama Hillary Clinton se vieron presionados a visitar colectivamente media docena de estados durante este fin de semana previo a la jornada de voto, los republicanos solo enviaron a Donald Trump a Pensilvania, y se mostraron triunfalistas anticipadamente.
“Siento un gran impulso. Vamos a recuperar la Cámara de Representantes. Sólo necesitamos cinco asientos netos para la Cámara baja y uno para el Senado…Creo que vamos a ganar ambos. Vamos a recuperar la Cámara de Representantes y el Senado”, se ufanó este domingo la presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC), Ronna McDaniel. Los demócratas, que controlan 224 asientos en la Cámara baja, se perfilan a quedar como minoría por el resto del mandato de Biden.
En privado, estrategas demócratas reconocieron que un escenario favorable para su partido ya no es mantener el control del órgano legislativo, sino evitar una “paliza” similar a la que sufrió Obama cuando perdió 63 asientos de la Cámara baja y 6 en el Senado en 2010.
Nevada y Georgia En la cámara alta, donde cada partido controla 50 escaños, el desenlace pende del resultado en Nevada, donde la senadora mexicano estadunidense Catherine Cortez-Masto enfrenta una dura batalla contra el procurador estatal Adam Laxalt, así como de Georgia, entre el senador demócrata Raphael Warnock y el ex futbolista republicano Hershell Walker, toda vez que Arizona y Pensilvania parecieron inclinarse a la columna demócrata.
En una carta desesperada a sus seguidores, Cortez-Masto pidió este domingo recaudar otros 500 mil dólares antes del plazo que venció a la medianoche. “Por favor, donen 5 dólares… para que pueda derrotar a mi rival extremista, proteger a Nevada y retener nuestra raquítica mayoría en el Senado”, imploró. Si Cortez-Masto, la única senadora hispana en la historia de Estados Unidos, derrota a Laxalt en Nevada, el desenlace de la cámara alta dependería de Georgia.
En el caso de Georgia, si ninguno de los dos candidatos principales, Warnock o Walker, obtiene el 50 por ciento de los votos, las reglas estatales establecen la obligatoriedad de una elección especial hasta el 6 de diciembre, con lo cual la situación del Senado quedaría en un limbo durante casi un mes. Para complicar el panorama de los demócratas, las últimas encuestas previas a la jornada de voto confirmaron que existe un mayor entusiasmo de los votantes republicanos para salir a votar, 60 por ciento, frente a solo 46 por ciento de los electores demócratas.
En ambos casos, la principal preocupación de los electores es la inflación y la economía. Aunque la mayor parte de los 39 millones de votos sufragados hasta este fin de semana favorecen a los demócratas, como ocurre en cada ciclo electoral con el voto temprano o por correo, el superávit de entusiasmo de los republicanos podría provocar que el partido cierre fuerte este martes, toda vez que los electores conservadores prefieren el voto presencial. Para compensar la falta de resultados económicos y el control de inflación durante los primeros dos años de los demócratas en la Casa Blanca y el Congreso, Biden y Obama aprovecharon su aparición conjunta en Pensilvania este fin de semana para machacar la idea de que las y los candidatos republicanos MAGA (acrónimo del lema trumpista “Make America Great Again”).