Rubén Aguilar 14 noviembre, 2022 | Hace 2 años
En una sociedad democrática, la toma de la calle por el pueblo es un recurso, siempre válido, en situaciones excepcionales donde está en juego, entre otras cosas, la misma democracia.
Amplios sectores del pueblo han entendido que está en peligro la vida democrática con la iniciativa electoral que el presidente López Obrador envió a la Cámara de Diputados.
Quiere volver al régimen político autoritario y antidemocrático, donde militó y formó, para que el Ejecutivo Federal tome, como antes, el control de las elecciones.
El pueblo que se manifestó el domingo 13 de noviembre en 35 ciudades del país y, algunas del exterior, parte del análisis de que la democracia está en peligro.
Y que la iniciativa presidencial, de ser aprobada, implica perder conquistas históricas alcanzadas con un enorme esfuerzo en décadas de lucha y con cientos de muertos.
Sobre el número de quienes participaron en la toma de la calle se dan cantidades distintas. Una primera cifra, con información de especialistas, es de más de un millón en todo el país y entre 600,000 y 700,000 en la ciudad de México.
Las calles y plazas llenas en una treintena de ciudades en los estados y una docena más en el mundo expresan de parte de quienes marcharon su compromiso decidido con la democracia que con mucho esfuerzo se ha construido.
Las y los que marchamos lo hicimos en defensa de la democracia y las instituciones que la garantizan como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
El pueblo que caminó por las calles de las ciudades del país, también del exterior, lo hizo con plena conciencia de la gravedad del momento que vive la institucionalidad democrática de México.
Nos manifestamos, para mandar tres grandes mensajes:
1- Al presidente. Que no estamos de acuerdo con su intento de regresar al viejo régimen autoritario y antidemocrático donde las elecciones eran controladas por el Ejecutivo Federal.
2- A la oposición: Que le pedimos, le exigimos, que no vaya a votar la iniciativa regresiva y antidemocrática del presidente de la República.
3- A Morena: Que recuerden que algunos de ustedes lucharon por la instauración de la democracia y las instituciones que la sostienen. No pueden apoyar una propuesta que niegue su propia historia.
La oposición de manera pública, también estuvo en la calle, se comprometió a no aprobar ninguna reforma constitucional en la línea regresiva y antidemocrática que propone López Obrador.
Después de la marcha del domingo, el presidente debe tomar conciencia de que hay mexicanas y mexicanos que se han tomado la calle y lo seguirá haciendo si continúa su ofensiva contra la vida democrática.
Y los partidos de oposición, a su vez, deben tomar conciencia de que ahora quienes les exigen no sumarse a la propuesta regresiva presidencial están dispuestos a luchar por profundizar la vida democrática.
@RubenAguilar