RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 2 febrero, 2023 | Hace 2 años

¿Oriundez o residencia?

Durante largas décadas las distintas entidades del país observaron dentro de sus respectivas Constituciones locales un articulado, mediante el que los no nacidos en ese estado no tenían acceso a las candidaturas al gobierno estatal.

El articulado se mantuvo en la mayoría de los estados hasta finales de la década de los 90 del año pasado, cuando algunos estados consideraron que debían ampliar el espectro a todos aquellos que contaban con una residencia mínima de cinco años para poder competir por el gobierno estatal.

Muchos personajes se quedaron a la vera de sus posibilidades de ser gobernantes de su entidad por el simple hecho de no haber nacido en el estado, aunque su vida la hayan realizado en ese estado.

Un senador de aquel entonces, Renato Sales Gasque, representante por Campeche se encontraba listo para ser el candidato del PRI en esa entidad, cuando alguien observó que su acta de nacimiento establecía Mérida como su lugar de nacimiento y para colmo de males, con esa misma acta de nacimiento había llegado al Congreso de la Unión, por lo que tuvo que ser eliminado de la contienda.

En aquellos años, década de los 80 del Siglo XX, Campeche y Morelos eran entidades radicales con los foráneos y hasta se establecía que podían aspirar siempre y cuando tuvieran una residencia de 25 años, mínimo.

Puebla era otra entidad con candados, ya que para ser considerado con posibilidades de competir por una alcaldía o el mismo gobierno estatal, se necesitaba la ciudadanía poblana, la que debían pedir los foráneos y se analizaba si se extendía o no la constancia. Ana Teresa Aranda sabe de esto.

Sin embargo, con el advenimiento del nuevo siglo, los estados fueron cambiando sus reglas y modificando sus constituciones, por lo que una oleada de personajes pudieron gobernar las entidades en las que decidieron radicar.

Incluso se llegó a extremos como el de la CDMX en 2000, cuando el hoy presidente López Obrador fue aceptado como candidato al gobierno del Distrito Federal, aunque era conocido que vivía en Tabasco. Satisfizo los requisitos que le pedían las autoridades electorales y ni siquiera las impugnaciones de Pablo Gómez y Jesús Ortega pudieron frenar su ascendente carrera.

Algo similar sucedió en Morelos, donde Cuauhtémoc Blanco tenía una casa de fin de semana y con ella pudo acreditar su residencia para disputar la alcaldía de Cuernavaca y la gubernatura del estado, después.

La polémica salta nuevamente a la discusión pública, cuando la Suprema Corte de Justicia rechazó la aprobación de la “ley Nahle”, con la que el estado de Veracruz despejaba el camino para que Rocío Nahle, secretaria de Energía, transitara por una ruta despejada a la candidatura al gobierno del estado.

Nahle senadora por Veracruz tiene posibilidades de competir, pero se le quiso hacer un camino más corto y menos complejo, ya que ella nació en Zacatecas, aunque radica en Veracruz desde hace más de 30 años.

Seguramente en los meses próximos el tema saldrá a relucir nuevamente, cuando empiece la rebatinga por las candidaturas a los gobiernos estatales.

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Cuauhtémoc Blanco es del Distrito Federal; Mauricio Kuri, de Veracruz; Mauricio Vila, de la capital del país, con raíces toluqueñas. Carlos Joaquín recién terminó el gobierno de Quintana Roo, a pesar de su nacimiento en Mérida; Graco Ramírez nació en Tabasco y gobernó Morelos. Manuel Bartlett tuvo la suerte de nacer en la capital poblana, por lo que sintió el llamado de la tierra y gobernó ese estado en el que nunca había vivido.

ramonzurita44@hotmail.com

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