Columnista Invitado 8 marzo, 2023 | Hace 2 años
Tenían que secuestrar a cuatro ciudadanos de Estados Unidos –dos de ellos asesinados– para que el gobierno mexicano dejara de voltear para otro lado frente a las continuas masacres que el crimen organizado comete a sus anchas por todo el país.
En los cuatro años, tres meses, veinte días de “abrazos, no balazos”, han sido asesinados más de 140 mil ciudadanos mexicanos, una cifra más alta que en los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto. Guanajuato, Sinaloa, Zacatecas, Sonora, Colima, Guerrero, Veracruz, Jalisco, Tamaulipas, entre otros, son estados donde el narco controla porciones del territorio.
Las matanzas se suceden unas tras otras, pero el Presidente tiene “otros datos”: En México ya no hay masacres.
* Los cuatro estadunidenses secuestrados fueron localizados en tiempo récord, si lo comparamos con secuestros de los nacionales. El Cártel del Golfo, que tiene bajo su control la Ciudad de Matamoros, los confundió con narcotraficantes de otra pandilla, según el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios. El viernes los levantaron. El martes los encontraron en una casa de madera del ejido El Tecolote, vecino de Matamoros.
Los sobrevivientes fueron entregados en el puente internacional a las autoridades de la Unión Americana. En el ataque murió una mujer mexicana por una bala perdida, informó el fiscal Barrios, pero su caso apenas se menciona. Las autoridades ya lograron una hazaña: capturaron al que vigilaba a los secuestrados. Un joven de 24 años.
* Lo ocurrido en Matamoros vigorizó en Estados Unidos la iniciativa para que se les declare terroristas a los cárteles de la droga. Ya está en el Congreso y en el Senado. Eso significa, según las leyes de aquel país, que pueden recurrir a una intervención armada para combatir a los cárteles. El senador por Carolina del Norte, Lindsey Graham, la llevó a la Cámara alta, luego que el republicano por Texas, Dan Crenshaw, lo hiciera en la Cámara baja. El embajador Ken Salazar hizo público un comunicado en el que subraya que la violencia contra ciudadanos estadunidenses en Tamaulipas demuestra la imperante necesidad de actuar contra los cárteles.
* En México la reacción del presidente López Obrador no fue la más atinada hacia los medios de comunicación de Estados Unidos. “Llama mucho la atención que se dan estos hechos lamentables y todos los medios en Estados Unidos manejan de manera amarillista la información. No así cuando asesinan a mexicanos en Estados Unidos, callan como momias… se rasgan las vestiduras como hipócritas”.
* Las autoridades mexicanas niegan que haya agentes gringos moviéndose en territorio mexicano, pero ayer salió a la luz que la oficina más grande que el FBI tiene fuera de la Unión Americana está en la embajada de ese país en nuestro país. A Germán Martínez no se le escapó la declaración del fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, quien reveló que el FBI está trabajando con las autoridades mexicanas en el territorio nacional. Nota en mano nos dijo: “Es absolutamente una cesión de soberanía”.
* Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara alta, afirmó que lo ocurrido en Matamoros no puede ser pretexto para invadir o aplicar extraterritorialmente una norma jurídica. “No hay condiciones para una invasión. Es absurdo, es francamente inadmisible. No se atreverían. Es una invasión tajante de la soberanía. No creo que haya mexicanos, salvo algunos golpistas, que lo admitan”, puntualizó.
El gobierno de Estados Unidos no se ha sumado a la iniciativa que les permite invadir países terceros para cazar terroristas, pero al presidente Biden, que busca su reelección, se le estrecha el margen para no dar una respuesta contundente.
* Las senadoras de Morena, Imelda Castro y Malú Micher, no toleraron que la priista Beatriz Paredesleyera en tribuna un desplegado de 75 destacadas mujeres que exigen poner fin a la violencia, por razones de género, contra la titular de la SCJN, Norma Piña.
Dijo Beatriz: “Desde el día de su toma de posesión, la presidenta de la SCJN, Norma Piña, ha sido objeto de críticas y descalificaciones infundadas por parte de la Presidencia de la República. Apenas con dos meses de haber asumido el cargo, se le han formulado acusaciones inverosímiles, lo que nos hace concluir que se juzga porque es mujer y ser independiente… Al hacerlo, el Presidente abre la puerta a que se amenace la integridad física de la ministra Piña, como ya sucedió”.
La primera morenista que brincó fue Malú Micher: “No voy a permitir que se diga aquí que se está ofendiendo, que se está ejerciendo violencia de género por parte del Ejecutivo. No nos confundamos”, pidió. Las panistas Xóchitl Gálvez y Josefina Vázquez Mota se sumaron a Beatriz, pero otra morenista, Imelda Castro, dio la nota humorística de la sesión: “Tenemos al Presidente más feminista que hayamos tenido en toda la historia”. El debate ocurrió durante la presentación y aprobación de cinco dictámenes que reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida de Violencia.