Roberto Santiago 29 abril, 2023 | Hace 3 años
En cuatro continentes, desde México y hasta Australia, la Administración para el Control de Drogas (DEA) del gobierno de Estados Unidos utilizó a elementos en 19 de sus divisiones estatales y en nueve internacionales, para investigar a Los Chapitos y a su círculo cercano de operadores dentro del Cártel de Sinaloa.
Las pesquisas que encabezó la DEA fueron en América, Asia, Europa y Oceanía e implicaron a casi una veintena de sus divisiones en territorio estadounidense, así como sus oficinas internacionales en cinco ciudades de México como Hermosillo, Ciudad Juárez, Mazatlán, Ciudad de México y Tijuana.
Además, también han estado tras de ellos en Atenas, Grecia, Beijing, China, Bogotá, Colombia, Canberra, Australia, Guatemala Madrid, España, Panamá, Vienna y Austria.
Los trabajos, que implicaron que la DEA se infiltrara en el cártel desnudaron las operaciones de la organización criminal, relacionadas con tráfico de fentanilo, cocaína, mariguana, heroína, metanfetamina y armas de fuego, así como lavado de dinero.
Además, permitieron asegurar varios cargamentos de fentanilo: 2 millones 557 mil píldoras, 231 libras de polvo y 82 libras de precursores, que representan aproximadamente 22 millones 747 mil 441 dosis letales del opioide.
Con esa información, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó 5 acusaciones federales contra 29 operadores del Cártel de Sinaloa, entre ellos, los cuatro hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y 25 colaboradores en México y otros países como Guatemala y China.