RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 24 noviembre, 2022 | Hace 2 años
Hace varios lustros que se insiste en que el Estado de México y la Ciudad de México son las plazas definitorias para la conquista de la Presidencia de la República.
Sin embargo, eso parece más una leyenda que una realidad, pues los números desmienten esa teoría. La disputa que algunos consideran como cerrada entre la alianza opositora y la oficial y que otros ubican como, simplemente, favorable para Morena y sus aliados, hace que muchos lancen las campanas a vuelo.
Las cifras alegres circulantes hablan del repunte que está teniendo la alianza opositora (PAN, PRI y PRD) en la Ciudad de México y la eventualidad de que se le presente un escenario favorable para arrebatar la capital del país a la izquierda.
Desde que se realizan procesos electorales para la elección de sus autoridades (1997), los capitalinos han optado por la izquierda, sin grandes posibilidades de triunfo para los partidos opuestos a esa ideología.
En el Estado de México pasa algo similar, aunque ahí el Revolucionario Institucional se mantiene invicto desde la fundación del organismo político.
Los vecinos de la CDMX tendrán sus comicios en junio de 2023 y se teme que en esta ocasión, los tricolores sucumban ante los de Movimiento de Regeneración Nacional. Se espera una contienda sumamente cerrada, los que, posiblemente, como ha sido hasta ahora, no incida en la decisión de los electores con respecto a la elección presidencial.
El Estado de México ha mostrado su lealtad al priismo, sin importar quien triunfe en el proceso electoral del año siguiente.
Varias veces se ha visto amenazado, sin que sus candidatos sufran raspón alguno, en lo tocante al gobierno estatal. Así fue en 1999, cuando el entonces panista José Luis Durán Reveles, puso a sufrir a Arturo Montiel que sacó la victoria, lo que no afectó en nada el triunfo del panista Vicente Fox Quesada en la contienda presidencial.
Igual sucedió seis años después, cuando Enrique Peña Nieto borró una ventaja de 20 puntos que le llevaba Rubén Mendoza Ayala y le arrebató el triunfo. El resultado no perjudicó la victoria obtenida por el panista Felipe Calderón Hinojosa.
Después Eruviel Ávila ganó el gobierno estatal y se dio la coincidencia de que, por vez primera, un priista se coronara Presidente de la República al siguiente año, cuando Peña Nieto triunfó en la presidencial. Seis años después se repitió la historia otro priista, Alfredo Del Mazo conquistó el gobierno estatal e irrumpió victorioso Andrés Manuel López Obrador en la carrera presidencial.
Igual sucede en la CDMX, en donde el propio López Obrador, entonces del PRD ganó el gobierno capitalino y el panista Vicente Fox conquistó la gema de la corona presidencial.
Un sexenio después se repitió el triunfo de otro perredista, Marcelo Ebrard Casaubon y en la presidencial continuó el PAN con Felipe Calderón Hinojosa.
Seis años después el perredismo siguió entronizado con Miguel Ángel Mancera y un priista, Enrique Peña Nieto, recuperó la Presidencia de la República.
Como sucedió en el Estado de México en 2011, y en la presidencial de 2012 con el priismo, en la capital del país, en 2018, también se dio la conjunción de que Morena triunfara en las dos formas, el gobierno capitalino y la Presidencia de la República, siendo la excepción que confirma la regla.
¿Se repetirá esa historia?
Hay quienes ven que Morena podría ganar en el Estado de México y la alianza opositora en la capital del país, veremos cuál de las fórmulas es la más eficaz.
*****
Mal terminó su incursión Héctor Sánchez como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Puebla, se va con muchas sospechas encima y se afirma que en breve serán emitidos diversos cargos en su contra. Aunque fue Sánchez quien solicitó separarse del cargo, motivado por razones de salud, la realidad es que Sánchez ha sido evidenciado por diversas fallas en su actuación como juzgador.