RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 4 julio, 2022 | Hace 2 años
La pregunta que se hacen muchos es si a la alianza Va por México, conformada por panistas, priistas y perredistas, le alcanza para competir en 2024 o si se transforman en el Frente Cívico Nacional que quieren otros.
Unos y otros buscan lo mismo, confrontar en las urnas y derrotar a la coalición de Morena, aunque se advierte que la conducción de los trabajos no sería igual.
El Frente Cívico pretende un candidato surgido de una gran convocatoria en la que sean los propios ciudadanos los que elijan al candidato presidencial, con un grave riesgo, designar al más popular, pero no al que mayores requisitos para competir reúna.
De esa manera, se podrían incrustar personajes mediáticos, pero sin grandes armas para entrar en la competencia, aunque para eso estarían los acuerdos establecidos en el FCN que dictaría las reglas.
Eso no les gusta a los partidos de la alianza que han sido los que desde hace un par de años vienen construyendo, con dificultades, la alianza Va por México y se encaminan a ratificarla con una candidatura presidencial común.
Lo que si es cierto es que para derrotar a Morena en la contienda del 24 se requiere de una pronta estrategia que marque la ruta a seguir y esta se ha venido retrasando y de no hacerlo pronto, pudiera ser demasiado tarde.
En México, se han intentado las grandes alianzas en varias ocasiones, aunque la del 24 deberá ser algo extraordinario, ya que las dos veces anteriores fue deficiente en varios sentidos.
La primera fue en 1952, cuando el general priista Miguel Henríquez Guzmán logró conjuntar una Federación de Partidos del Pueblo de México, para enfrentar en las urnas al tricolor y su cuestionado candidato Adolfo Ruiz Cortines. Su convocatoria movió masas, incluidos algunos de los principales colaboradores de Lázaro Cárdenas, pero no a la Esfinge michoacana, quien no le dio su aval. El fracaso fue obvio y el PRI monolítico continuó en el poder por 48 años más.
La segunda ocasión fue con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas. Se construyó entonces alrededor de ella un Frente Democrático Nacional para contender contra el PRI, aunque no logró conjuntar a todos los partidos políticos y Acción Nacional quedó fuera, con la polémica sobre un supuesto fraude electoral.
Ahora la intención es de convencer a todos los partidos para que formen parte de la alianza o se integren al FCN, que ninguno quede excluido y se incluya a personajes que no militan en ninguno de los partidos políticos.
Los del FCN hacen su lucha y ya se reunieron con los dirigentes de los principales partidos políticos, sin acuerdo todavía.
Entre los conformantes del FCN se encuentran Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo que presidieron el PRD, Cecilia Soto, ex candidata presidencial del PT, Rosario Guerra ex candidata al gobierno del DF, Miguel Alonso Raya, Ruth Zavaleta y lo senadores José Álvarez Icaza y Gustavo E. Madero, entre otros.
Lo que queda claro es que ambos grupos persiguen un mismo propósito y, tal vez, los mismos fines, aunque, posiblemente, no logren conjuntarse en uno solo.
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Toda una sacudida en gran parte de su gabinete realizó la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, incorporando algunas cartas valiosas a su equipo. Un político con experiencia comprobada como Amador Rodríguez Lozano fue llevado a la Coordinación General de Relaciones Interinstitucionales; Esthela Damián, asume la secretaría particular; Carlos Ulloa Pérez, es el nuevo secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda y Rosario Castro Escobar en la dirección del Metrobús, entre otros nombramientos… Mucha atención debe de poner el gobernador Luis Miguel Barbosa en el municipio de San Martín Texmelucan, en el que vienen sucediendo muchas anomalías. Por un lado, avanza el crimen organizado y la violencia se ensaña en el municipio y por el otro, el deterioro de calles y de la infraestructura urbana es palpable e impera la ingobernabilidad. Eso sí, la alcaldesa Norma Layón estrena vehículos de lujo.