Roberto Santiago 25 abril, 2022 | Hace 3 años
El caso de Debanhi Escobar, la joven que desapareció y fue encontrada muerta en una cisterna de un motel, indignó a la sociedad porque la investigación ha generado dudas y está plagada de irregularidades.
El viernes 8 de abril, Debanhi se arreglaba para ir a una fiesta, y su madre le decía que no fuera porque tenían que viajar para tomar unas vacaciones, antes del regreso a clases, pero la joven la convenció con el argumento que regresaría pronto.
A partir de ahí, su mamá ni su papá Mario Escobar la volvieron a ver con vida.
Sus amigas enviaron a un “conductor de confianza” de la plataforma Uber, quien la llevaría a casa; sin embargo, la abandonó en medio de la carretera a Nuevo Laredo.
Hasta 11 días después de su desaparición y dos días antes del hallazgo del cuerpo, la fiscalía mostró al padre de la joven un video donde se observa que, el conductor del Uber, Juan David dirigió sus manos hacia los pechos de su hija, lo que habría detonado que ella bajara del vehículo.
El papá de Debanhi señala que el titular de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, Rodolfo Salinas protege al acosador, porque sostiene que no hay delito que perseguir.
Los padres de la joven y amigos establecieron una sombra de un árbol ubicado frente al motel Nueva Castilla como punto de reunión, apenas a 25 metros de la cisterna donde se localizó el cadáver.
El papá reclama a las autoridades que en ese lugar se hicieron recorridos e inspecciones, que no era la primera vez que lo revisaban.
Por este caso, activistas y el de muchas mujeres más, demandan las renuncias del fiscal general, Gustavo Adolfo Guerrero y el secretario de Seguridad del gobierno de Nuevo León, Aldo Fasci.