Rubén Aguilar 21 diciembre, 2022 | Hace 2 años
El pasado ocho de diciembre estuve en la clausura de las actividades 2022 del Centro de Exploración y Pensamiento Crítico (CEX) que la Universidad Iberoamericana tiene en el sur de la Ciudad de México. Fue creado en 2016.
Su misión es “superar las lecturas conformistas de la realidad y desplegar narrativas de transformación. Repensar a México desde una metodología de pensamiento crítico, inspirada en la cognición ignaciana que se expresa en los Ejercicios Espirituales y otras fuentes”.
La intención es crear una instancia que nos permita actuar y estar presentes en la Ciudad de México de una manera más directa y eficaz para promover actividades de exploración y pensamiento crítico que contribuyan a la necesaria reinvención democrática, dice el jesuita Juan Carlos Henríquez, director de la carrera de Comunicación de la Ibero, que es la responsable del CEX.
El centro se inscribe en la actual reconfiguración de las humanidades y ciencias sociales, desde aproximaciones (deconstructivas, antidisciplinarias) que desafíen los marcos y conocimientos que dan andamiaje y apariencia de inmutabilidad a un “mundo” que se experimenta excluyente y deshumanizante.
Su vocación sustantiva es desplegar:
• Intervenciones encaminadas a cuestionar los modos de ver y de entender el mundo (las ‘subjetividades’) que nos lo presentan como el “único y mejor de los posibles”, ante el cual no nos queda más que asumir resignadamente.
Intervenciones encaminadas al reencantamiento y despliegue de una subjetividad creativa (mirada y acción imaginativas) que asuman la construcción del “mundo deseado”.
El CEX se plantea como un espacio con carácter subversivo en el sentido de que en él se exploran versiones de pensamiento y prácticas sociales alternas a las versiones sostenidas por los discursos dominantes.
Interviene el entorno sociocultural a través de incursiones orientadas a provocar el despliegue de una imaginación social alterna, que acuda y ponga en juego todas las facultades humanas: creatividad, sentido histórico, inteligencia crítica, deseo, libertad, memoria, entendimiento y voluntad.
Bajo esa concepción novedosa y revolucionaria de la práctica cultural en 2022, el CEX realizó 116 activaciones en las que se involucraron de manera directa 1,792 colaboradores y a las que asistieron 5,101 personas.
El CEX, en el año que termina, realizó actividades en colaboración con la UNAM, el Colegio Nacional, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Compañía Nacional de Teatro, el Instituto Goethe y el Instituto Nacional Electoral.
En 2023 se propone propiciar movimientos de pensamiento y exploración de nuevas fronteras de horizonte utópico que contribuyan a imaginar otros mundos posibles encaminados a la revisión crítica de la democracia alcanzada y a su reinvención necesaria.
@RubenAguilar