RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 3 noviembre, 2022 | Hace 2 años
Se advierte el temor que corre entre la clase política priista por el desafío lanzado por la todavía militante del tricolor Ana Lilia Herrera, donde se encuentra en riesgo el futuro del partido tricolor.
Y es que el timorato Alfredo Del Mazo ha sido incapaz de sentarse a dialogar con la diputada federal e intentar convencerla del riesgo que corre el Revolucionario Institucional con la actitud asumida por la ex senadora y ex secretaria estatal de Educación.
Ana Lilia se mostró inconforme por la forma en que se gestó la nominación de Alejandra del Moral, luego de que el propio Del Mazo fue el que animó a la diputada federal desde enero para correr al parejo con otros personajes que alzaron la mano para contender por la nominación al gobierno del Estado de México.
A diferencia de Ricardo Aguilar y Carlos Iriarte que decidieron entrar en la disputa por cuenta propia, sin el aval del gobernador que los tiene vetados, Ana Lilia recibió ánimos y creyó en las palabras de un gobernador que ha dado muestras de debilidad y del que todo mundo desconfía de que Alejandra es parte de su proyecto para entregar el estado a Morena y con ello salvar su pellejo, el de sus amigos y socios y hasta, posiblemente reciba una posición de consuelo.
Por eso ha permitido que diversos personajes de su gobierno actúen, sin tapujos de ninguna clase, al lado de Alejandra en su abierto respaldo para que alcance la figura de candidata.
Del Mazo creyó que tenía todo aceitado y que Ana Lilia se doblaría a la menor insinuación, como fue la de aquella tarde en que se decidió que Alejandra renunciara a la secretaría de Desarrollo Social y quedará a la vista de todos como la candidata priista.
Se le rodeó de la parafernalia partidista y gobiernista, aunque faltaron dos piezas claves en su ungimiento, la mencionada Ana Lilia y Carlos Iriarte.
Ella salió contrariada y no se prestó a la mascarada y movió sus piezas para buscar opciones, recordó las largas pláticas con Ivonne Ortega sobre un eventual cambio de traje del rojo al naranja y afinó sus antenas para ver la posibilidad de una posible alianza entre panistas, perredistas y emecistas, con ella como abanderada.
El estudio de esa posibilidad le va siendo favorable, ante la fragilidad de la alianza entre priistas, panistas y perredistas, por lo que tienen un mes y ocho días para ver dicha factibilidad.
Y ante la indiferencia de Del Mazo, la nueva alianza va tomando forma, debilitando la de Alejandra y fortaleciendo el eventual triunfo de Delfina Gómez o quien asuma la candidatura de Morena.
Ana Lilia está tan molesta con Del Mazo que no le importa que una eventual alianza que la proyecte tuviera como propósito dividir en tercios la votación de junio próximo y en un escenario así, el triunfo de Morena sería inobjetable.
De concretarse la alianza el gran perdedor sería el PRI, recibiendo un fuerte golpe del que no podría recuperarse ni siquiera ganando el gobierno de Coahuila y en la ruta hacia el proceso electoral presidencial llegaría tan menguado que hay quienes advierten la posibilidad de que pierda hasta el registro.
La balanza se inclina favorablemente hacia Ana Lilia con el destino del tricolor en sus manos.
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El malestar es grande en el equipo de Alejandra Del Moral ante los personajes comisionados por el gobernador Del Mazo para que operen su estrategia, son muchas las quejas sobre todo del personaje conocido como el mudo que no ata ni desata, pero sí controla los dineros. La molestia es enorme porque cancelaron los contratos de publicidad y se niegan a pagar los adeudos, lo que repercutirá sensiblemente en detrimento de la priista.