RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 17 enero, 2023 | Hace 2 años
Quién dijo que reunir a un gran contingente de gobernadores, diputados, senadores variopintos significa el éxito de un político y que con un evento de esa clase se encarama dentro del reducido grupo de aspirantes presidenciales.
Si lo cree, Mauricio Vila Dosal mostrará su novatez, ya que le mienten quienes le festejan que su cuarto informe de gobierno consiguió eso y se encumbra como uno de los favoritos en la carrera de la nominación panista.
Vila Dosal debe verse en el espejo de Ivonne Ortega Pacheco, quien en sus seis informes de gobierno logró reunir a varios de los entonces más renombrados políticos de todos los partidos y a los gobernantes de casi todos los estados del país, sin importar las siglas del partido en que militaban, incluido Enrique Peña Nieto y no alcanzó nada.
Ortega Pacheco manifestaba su cercanía con el entonces gobernador del Estado de México, por lo que al convertirse en Presidente de la República se especulaba los cargos a los que aspiraba: Titular de Sedesol, Turismo y otros cargos públicos se mencionaban y, finalmente, quedó como secretaria general del CEN del PRI, un cargo de tercer nivel. Ella quería ser parte del gabinete, para después competir por la candidatura presidencial.
Nunca se le dio y al final del sexenio manifestó su interés por competir por la nominación priista a la Presidencia de la República y recorrió el país con esa pretensión, sin ser tomada en serio por nadie.
Algo similar está viviendo Mauricio Vila quien el pasado domingo realizó su fiesta de advenimiento y de presentación estelar en el concierto político nacional y congregó a dos o tres docenas de políticos de los considerados nacionales, para dejar en claro su pretensión de convertirse no solamente en candidato presidencial del PAN, sino en el de la alianza Va por México que constituirán panistas, priistas y perredistas.
Y es que Vila Dosal fue insertado por Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, entre el selecto grupo de siete aspirantes presidenciales y decidió hacer su fiesta de rendición de cuentas como gobernante, para mostrar su poder de convocatoria.
Estuvieron los dirigentes nacionales del PAN, PRI, PRD, la representante presidencial, Luisa María Alcalá, gobernadores de diferentes estados y el júbilo recordó episodios del pasado reciente en que los informes de gobernadores se convertían en fiestas de los gobernantes.
Es cierto que Mauricio Vila Dosal está catalogado como el mejor gobernador del país o cuando mucho pasa al tercer lugar en algunas evaluaciones, pero eso no significa nada, ya que así ha sido en el pasado cuando Quirino Ordaz, entonces gobernador de Sinaloa no pasaba del tercer lugar y casi ocupaba el primero dentro de los sondeos y encuestas levantadas mes con mes y cuando llegó el momento de evaluarlo en las urnas su partido perdió estrepitosamente los comicios en Sinaloa y los mismo sucedió antes en Querétaro con el priista José Eduardo Calzada, quien de tan buen trabajo que realizaba fue promovido a secretario de Agricultura y su partido perdió los comicios.
Vila Dosal se equivoca si confía en que su evento se convertirá en la plataforma de lanzamiento de su pretensión presidencial y debe aterrizar en la realidad de que le falta mucho para ser considerado dentro del reducido grupo de aspirantes presidenciales con posibilidades.
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En Baja California hay preocupación ante la intención del ex gobernador Kiko Vega de postularse como candidato al Senado de la República en 2024. Kiko dejó un tiradero y tufos de corrupción durante su mandato, tantos que su esposa fue obligada a devolver cerca de ocho millones de pesos, por lo que los primeros en alarmarse son los propios panistas.