RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 13 junio, 2022 | Hace 2 años
Los resultados electorales del pasado domingo muestran un derrumbe total de los partidos de izquierda y dejan en claro que el gigante de esta tendencia es el Movimiento Regeneración Nacional, difícil de ser vencido en las urnas.
El PRD pierde el registro local en cinco de las seis entidades en competencia, salvándolo en Durango, donde en alianza con PRI y PAN ganaron el gobierno estatal.
Con todo y que conserva el registro a nivel nacional, el perredismo se acerca a su extinción como partido competitivo.
Cuando se fundó el Partido de la Revolución Democrática en el lejano 1989 se vislumbró un futuro prometedor, ya que nació a la sombra de los dudosos comicios de 1988, donde el ex priista Cuauhtémoc Cárdenas disputó la Presidencia de la República a Carlos Salinas.
La fusión de un grupo de ex priistas y la cesión del registro del Partido Mexicano Socialista permitieron el nacimiento de este nuevo partido, cuyos cimientos convulsionaron al otrora imbatible PRI un año antes en las urnas.
Una década transcurrió para que ganara su primera gubernatura, pero ya había dejado visos de su crecimiento con algunas elecciones locales que les dejaron diputaciones y alcaldías.
Durante su primera etapa los altos mandos del organismo políticos fueron copados por los ex priistas, aunque a inicios del nuevo siglo, la izquierda consiguió posicionarse. Ya para entonces, el Partido Socialista de los Trabajadores se había desintegrado y personajes como Graco Ramírez, Jesús Ortega y Carlos Navarrete se unieron, dando forma a la izquierda de la que provenían también Rosario Robles, Amalia García, Alejandro Encinas y otros más, aunque se unieron también una serie de oportunistas.
Tres ex priistas le proporcionaron al PRD sus primeras gubernaturas, Ricardo Monrel, Zacatecas; Leonel Cota, Baja California Sur y Alfonso Sánchez Anaya, Tlaxcala, bajo dirigencia nacional de Andrés Manuel López Obrador.
Ya para entonces con una década en formación, los perredistas recibieron un fuerte golpe, cuando un año después Cuauhtémoc Cárdenas fue vencido nuevamente en las urnas y enviado otra vez hasta el tercer lugar en la elección presidencial. La descarga recibida fue fuerte, tanto que afloraron fisuras al interior del partido y se optó porque los altos mandos del partido recayeran en los militantes procedentes de la izquierda. Pablo Gómez, Amalia García, Rosario Robles y otros emergieron como liderazgos del PRD.
Sin embargo, conflictos internos y la consolidación de las llamadas tribus, fracturaron al partido. Una de ellas, Nueva Izquierda, conocida como “Los Chuchos”, aprovechó para sentar sus reales.
La disputa de la dirigencia nacional entre Jesús Ortega y Alejandro Encinas fue motivo de una disputa resulta varias semanas después, sin que nadie quedará conforme.
Con todo y ello, el PRD continuó ganando algunos gobiernos estatales, una buena dotación de diputados federales y alcaldías importantes. Graco Ramírez, Arturo Núñez ganaron con sus siglas y Gabino Cué, Oaxaca; Mario López (Malova), Sinaloa y Rafael Moreno Valle, triunfaron en la alianza consolidada con PAN y Convergencia. Todavía en 2015 Silvano Aureoles, Michoacán, se convirtió en el último perredista en ganar unos comicios estatales y en 2016, José Rosas Aispuro, resultó triunfador en una alianza que conformaron con el PAN.
Ahora en 2022, los perredistas triunfaron nuevamente en dos estados, siendo escoltas de panistas y priistas, aunque los votos recibidos no les alcanzaron para mantener el registro local en cinco de los seis estados en contienda.
Con las bancadas más pequeñas en el Senado de la República y en la Cámara de Diputados, el PRD tiende a ir desapareciendo en los estados en que se realizan comicios y la aparición de Morena desde 2014 parece estar poniendo los últimos clavos en su ataúd.
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El martes a las 10 de la mañana se reunirán el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas y un grupo de ex presidentes del partido que pretenden dialogar sobre el futuro del partido. En el grupo hay quienes piden explicaciones sobre lo que viene sucediendo con el PRI que va dando tumbos, olvidando que varios de ellos fueron partícipes de ese declive, ya que presidieron la organización política en las derrotas presidenciales del año 2000 y 2018.