Columnista Invitado 9 mayo, 2022 | Hace 3 años

Samuel Aguilar Solis – El resentimiento social

El presidente de Mexico logró, de cara a las elecciones de 2018, entender que entre la sociedad mexicana existía una gran mayoría de ciudadanos que mantenían un gran resentimiento social.

Quien es ahora el presidente de Mexico logró, de cara a las elecciones de 2018, entender que entre la sociedad mexicana existía una gran mayoría de ciudadanos que mantenían un gran resentimiento social y que canalizar ese sentimiento podría ser la vía para lograr su objetivo de obtener el poder, y efectivamente, eso fue lo que lo hizo posible.

El resentimiento tiene causas psíquicas y materiales, y sobre ambas raíces, López Obrador trabajó porque él mismo encarna perfectamente dicho sujeto e hizo de eso la guía que hasta el día de hoy mantiene como discurso propagandístico y como forma de su actuar. Sobre las causas materiales del resentimiento social, aprovechó su discurso para ahondar, sin duda, aún más sobre la psique, pero fueron los resultados de los últimos años los que le daban el material para hilvanar una narrativa populista que lograba polarizar entre “la mafia del poder” y el “pueblo bueno” y hacer explotar ese resentimiento en una gran parte de la población y mantenerla, como hasta la fecha, para lograr el aún buen nivel de aceptación que mantiene en la población.

Sin duda que el mediocre crecimiento económico de esos años, en promedio del 2%, la pobreza en amplias franjas de la población, la profundización de la desigualdad social, la imparable violencia e inseguridad en todo el territorio nacional, así como la corrupción y la impunidad ventilados con mayor cobertura, gracias a las redes sociales y una mayor apertura de la información por parte de los medios tradicionales, permitió que el discurso populista, pero sobre todo la narrativa de la explotación del resentimiento social en las causas materiales, permitieron a López Obrador generar un ejército de adeptos que ya en el gobierno, con los programas sociales de ayuda directa y sin “intermediarios”, son la base política del presidente, que aún y con los pésimos resultados de “gobierno”, logra mantener a su partido- movimiento con una aceptación mayoritaria en el raquítico sistema de partidos.

Pero es el discurso del resentimiento en la estrategia populista el que día a día se convierte en el pegamento que logra aglutinar a sus files (sin ningún tipo de análisis racional sino solo y únicamente emocional) a su alrededor y lograr su objetivo político de polarización que mantiene hoy, por ejemplo, en las campañas electorales en las seis entidades donde hay elecciones o la que permite sacar toda la vena fascista de llamar “traidores a la patria” a los que en uso de su responsabilidad legislativa, fuero constitucional y libertad de expresión votaron en contra de la contrarreforma eléctrica, no tanto porque le importe en el fondo el resultado de dicha votación a López, que bien sabía que no pasaría esa iniciativa, sino como continuación de la misma narrativa y método de explotación del resentimiento social para propagar e instrumentalizar aún más la polarización de cara a mantener el poder por el mismo método en 2024, que incluso los llevó por si quedara duda a decir que a esos diputados los “fusilarían pacíficamente” , esos son los que ahora tienen el poder, pero que de frente a la realidad, son también sus responsables ante el fracaso total de su “gobierno” que mantiene a nuestro país en una situación francamente preocupante.

El fracaso del “gobierno” de López se expresa, por ejemplo, en el último reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que ubica a nuestro país en el último lugar de todos los miembros de ese organismo, con una caída de -7% del producto interno bruto per capita, justo en todo este periodo, por ello es que hasta añoramos ese 2% del PIB del tiempo anterior a la llegada del populismo obradorista que en ese tiempo lo calificamos de mediocre; hay también una mayor pobreza y desigualdad resultado del no crecimiento económico y de la pésima política (si es que existe) económica y sobre todo, los mensajes contra la inversión y los empresarios que se inició con la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México, pero con los ataques permanentes en ese discurso presidencial de seguir explotando el resentimiento social; hay sin duda una mayor violencia e inseguridad que se manifiestan en los homicidios dolosos que ya con López alcanzan la horrorosa cifra de 120 mil muertes; pero la ineficacia es mayúscula en el ejercicio del gasto público donde solo como ejemplo en el primer trimestre de este año hubo un sub ejercicio del 33% que habría que investigar si es sub ejercicio o desvío de recursos para mantener los subsidios clientelares, pero también aclarar que es este manejo pésimo del gasto público lo que también explica el hundimiento de la economía mexicana. Mayor pobreza y desigualdad social por el bajo crecimiento económico es otro de los saldos de pésimo » gobierno » de López obrador. El desastroso manejo de la pandemia por el Covid ha dejado 626,000 muertos según la Organización Mundial de la Salud (OMS) , donde evidencia el terrible manejo de la pandemia sino que muestran una vez más las mentiras de las cifras de este “gobierno”, por cierto, el desabasto de medicamentos sigue sin resolverse y aún así ofrece servicios en el IMSS a los migrantes centroamericanos como si aquí estuviéramos en jauja y como si el IMSS fuera propiedad del gobierno, o ¿ acaso no sabe López que el IMSS se financia con cuotas obrero-patronales aparte de las del gobierno?, pero López es candil de la calle y oscuridad de la casa.

Día con día el resentimiento del presidente está hundiendo a nuestro país y llevando a la polarización a niveles alarmantes que de la parte discursiva pueden pasar a la agresión física porque lo alienta en esa parte de la población con resentimiento social que mantiene como leales y que los llamados a no respetar la ley ( » y no me vengan con que la ley es la ley” sic !!! ) y los ataques constantes a las instituciones y sobre todo a los órganos autónomos constitucionales representan un hilo muy delgado para llegar a la violencia física y con ello la ruptura democrática y constitucional de nuestra frágil convivencia. Cuidado.

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