RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 25 julio, 2022 | Hace 2 años
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (Benito Juárez), sigue metido en un embrollo, ocasionado por las cancelaciones de vuelos y la mala planeación de los mismos, con la fecha cercana (noviembre) para ser auditado por la OACI.
La cancelación de vuelos en el AICM casi se triplica, respecto a 2019. El número de operaciones canceladas en el AICM se ha multiplicado por 2.6 veces durante el primer trimestre de este año, esto en comparación con igual periodo de 2019, previo a la pandemia del coronavirus, a pesar de que la cifra de vuelos bajó a raíz de la emergencia sanitaria. En los primeros tres meses del año se registraron 14 mil 310 suspensiones en la terminal aérea capitalina, 8 mil 844 más de las que se reportaron en el mismo lapso de hace tres años, cuando la pandemia aún no afectaba el sector.
Existe preocupación entre los controladores aéreos porque han estado recibiendo instrucciones de ingresar dos vuelos más cada 15 minutos (8 vuelos por hora), ya sea de aterrizaje y salida, para esta temporada de vacaciones, pese a la saturación que ya existe en el AICM, donde las órdenes vienen de la oficina del subsecretario Rogelio Jiménez Pons y del actual director de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo, Ricardo Torres Muela, sin que medie de por medio algún oficio.
Las consecuencias son mayores cancelaciones, retrasos de horas y tiempos de espera en aire.
Y es que después de ser pospuesta en dos ocasiones, la auditoría a realizar por la Organización de Aviación Civil Internacional definió su fecha a partir del 25 de noviembre y tendrá una duración de 10 a 15 días y, a diferencia de la evaluación de la FAA, que solamente abarcó tres anexos del convenio de aviación civil internacional, ahora la OACI evaluará 17 rubros.
Se auditarán a las autoridades aeronáuticas, AFAC, (Agencia Federal de Aviación Civil); a los operadores (aerolíneas); infraestructura aeroportuaria y navegación aérea, las cartas aeronáuticas, telecomunicaciones aeronáuticas, así como el diseño de rutas aéreas y operación de aeropuertos.
La auditoría consiste incluidas las 200 preguntas PQ en las áreas de LEG (Legislación Aeronáutica Básica y Reglamentos de Explotación Específicos), ORG (Organización de Aviación Civil), PEL (Otorgamiento de Licencias al Personal e Instrucción), OPS (Operación de Aeronaves), AIR (Aeronavegabilidad), AGA (Aeródromos y Ayudas Terrestres) y AIG (Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación.
Para conocer si se cumple con las normas internacionales de seguridad (security) se contempla verificar: Anexo 1 (Licencias al Personal), Anexo 6 (operación de aeronaves) y Anexo 8 (aeronavegabilidad, revisarán el rediseño del espacio aéreo), además de la normativa nacional y que se ajuste a la normativa internacional.
Si las autoridades mexicanas salen mal paradas de la auditoría de la OACI, el riesgo es una mala impresión del sector nacional entre los 193 países miembros del organismo que se traduciría en una mala imagen en el extranjero sobre el sector aéreo mexicano.
De ahí que en esta revisión se pondrá bajo lupa el desempeño de autoridades como la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) y la propia Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), además de organismos creados para la operación de nuevos aeropuertos, como el caso de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que opera el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) a través de un órgano estatal del mismo nombre.
La OACI no evaluará a los aeropuertos como tal, sino a los órganos que los operan (Marina) y supervisan, quienes también son encargados de certificar a los complejos.
Veremos que sucede y si las cosas tienden a funcionar mejor, antes de la fecha de noviembre en que regresa la evaluación de la OACI.