Enrique Aranda 3 julio, 2022 | Hace 2 años
Propuesta de “abrazos no balazos” es complicidad.
CEM
Definida la fecha para el emblemático encuentro de Andrés Manuel López Obrador con Joe Biden en la Casa Blanca, nada parece hoy más obvio que, además de enfocarse al análisis y eventual definición de políticas de acción conjunta para enfrentar el cada vez más complejo problema de la seguridad (en territorio nacional) y la migración, la reunión de los mandatarios que deberá dedicar buena parte de su atención al creciente número de quejas contra el gobierno de la 4T por su insistente desprecio por la ley en materia energética y, peor, por la disposiciones sobre el particular, contenidas en el tratado comercial (T-MEC), signado hace apenas unos años por México, Estados Unidos y Canadá.
Evidencia más que clara de ello, al margen, consideraciones de otra índole ciertamente, la más reciente aparición de la representante comercial de la Casa Blanca, Katherine Tai, quien, sin más, aprovechó para dejar en claro que su gobierno –la oficina a su cargo, en particular– estaría a punto de concluir múltiples estudios sobre el punto que, en su caso, derivarían en lo que algunos analistas han considerado podría convertirse en una suerte de “tormenta” de quejas y controversias formales contra las autoridades locales ante los más diversos organismos y paneles internacionales.
Hablamos, para decirlo pronto, de la casi previsible respuesta del gobierno estadunidense ante la (también previsible) resistencia de su homólogo de la 4T a modificar la política en materia energética adoptada desde el inicio de su fallida gestión que, en la práctica, involucra inversiones de consorcios transnacionales, estadunidenses en su mayoría, que implican miles de millones de dólares que estarían o están desde ya en riesgo. Ni más ni menos…
Que nadie entonces se sorprenda, si en los próximos días, o el gobierno del demócrata Biden ofrece nuevas evidencias de su decisión de ir adelante en la promoción de acciones en contra de la referida política de la administración de López Obrador o, en su caso, éste comienza a “enviar señales” sobre un (ahora impensable) cambio de rumbo en referencia a una política que, está a la vista, marcó su posicionamiento y actuación desde el inicio de su gestión hace poco más o menos 42 meses.
Atentos entonces porque, a decir de los supuestos especialistas en el tema, podría haber noticias…
ASTERISCOS
* Vaya que está generando inquietud en el otrora elbista SNTE, la presencia de la uruguaya Helena Sanguinetti de quien, dicen, se ha convertido en “la mano que mece la cuna” en lo que al manejo de los (no pocos) recursos que el sindicato refiere, con apoyo de Alfonso Cepeda; lo acusan de prepotencia y de la adquisición de bienes inmuebles en el sur de la capital. ¿Será?
* De destacar la ampliación en dos años más, hasta 2035 ahora, la autosuficiencia financiera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que lidera Zoé Robledo, así como el dato incluido en su más reciente informe de que, al cierre de 2021, el Instituto emblema del sistema de salud reportó un remanente de operación de 830 millones. Punto a favor…
Veámonos aquí mañana con otro asunto De naturaleza política.