RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 25 mayo, 2023 | Hace 2 años
Son muchos los que le atribuyen a los resultados electorales del Estado de México como definitorios para la presidencial, lo que no es del todo cierto.
Los ganadores no siempre coinciden con el partido triunfador de la Presidencia de la República. En 1999 ganó el PRI la estatal y el PAN la presidencial. En 2005 ganó nuevamente el PRI y el PAN la presidencial. En 2011 ganó el PRI estatal y presidencial y en 2017 el PRI la estatal y Morena la presidencial.
El resultado de los votos reviste gran importancia para los dos proyectos que compiten en la ruta presidencial. El que gane se proyectará con mayores posibilidades de obtener el respaldo ciudadano en las urnas en 2024.
La importancia radica en eso, sin importar el que gane, los votos que obtengan cada uno los posiciona hacia la ruta presidencial, aunque no necesariamente al éxito, pero sí a la competencia cerrada.
En el Estado de México Morena apuesta su resto, pues sabe que concentrado el gobierno de esa entidad, aunado a los de CDMX, Puebla, Morelos, Hidalgo y Tlaxcala, establece un amplio corredor que concentra una buena cantidad de votantes y siguiendo la ruta del sur cuenta también con Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Chiapas, Campeche y Quintana Roo más de la mitad de la mitad de los distritos electorales federales del país.
Por eso es tan importante el triunfo para ellos, ya que le serviría para hundir más al PRI, cuya candidata de la alianza de Va por México es su militante.
El interés de Morena es deshacer de una vez la alianza tripartita de priistas, panistas y perredistas, ya que enfrentarlos a cada uno con sus candidatos, no representa ningún peligro en las urnas.
Y es que, de las cuatro entidades más pobladas del país, Morena solamente gobierna dos, la CDMX y Veracruz, mientras que Edomex es, hasta ahora, priista y Jalisco lo gobierna MC.
Para la alianza Va por México, el triunfo le representa un gran salto hacia el frente para mostrar que cuenta con las armas, estrategia y propuestas para enfrentar en igualdad de condiciones a Morena y sus aliados.
Hay quienes apuestan a que la alianza de priistas, panistas y perredistas se derrumbará después del 4 de junio y que hará crisis con la derrota de Alejandra Del Moral.
Sin embargo, es importante conocer las cifras de votos de una y otra alianza, con lo que se podría evidenciar el futuro, siempre y cuando la diferencia entre una y otra no rebase un dígito.
El Estado de México es uno de los dos últimos bastiones que tiene el PRI (Coahuila es el otro) donde los opositores no han mancillado el curso de sus gobiernos desde que se fundó el partido en 1929. El presente sexenio ha visto caer la fortaleza que rodeaba algunas entidades del país, mandando al priismo hasta el tercer lugar.
Si Morena no gana, pero obtiene una buena cantidad de votos, en una lucha cerrada, se seguirá manteniendo como el enemigo a vencer en 2024. En el remoto caso de que la alianza Va por México gane, se deberá analizar el número de votos obtenidos y si son los suficientes como para mantener la alianza o si hasta ahí llegó.
El riesgo de fractura existe y habrá que ver si sus dirigentes son lo suficientemente hábiles para sostenerla a pesar de todo.
Una elección cerrada mostrará que la alianza sí es competencia para Morena en 2024, una diferencia superior a los dos dígitos dará al traste con los planes a futuro.