Jose Ureña 7 marzo, 2023 | Hace 2 años
Republicanos o demócratas, da lo mismo.
Si desde el poder coinciden en la visión maniquea sobre México y su Gobierno, ahora está peor porque en el Congreso parecen unidos en su parecer.
¿Y por qué son iguales?
Vaya el primer dato:
En 2019, cuando el republicano Donald Trump disfrutaba su ventajoso amasiato con López Obrador, confesó a su influyente yerno Jared Kushner la tentación de invadir México.
¿Cómo lo dijo?
Más o menos así narró esa conversación el esposo de Ivanka Trump:
El Gobierno de Estados Unidos no puede ser impasible ante el creciente y cada día más grave problema de producción, traslado e invasión de drogas provenientes del sur.
No es posible ver una serpiente -así le llamó Trump, según el lenguaje de Kushner- en el jardín del vecino porque ese vecino no hace nada y la serpiente amenaza con pasarse al jardín propio.
Y por si alguien duda de su dicho, puede revisar entrevistas del propio Presidente cuando buscaba su reelección y criticaba con matices al papel gobernante de su amigo tabasqueño.
MI AMIGOU ES DONALD
Pero hoy, cosa rara, México juega con Donald Trump en su hipotético regreso a la Casa Blanca.
Fue él quien soltó la amenaza inicial y, además de Jared Kushner, también habló del tema con su fiscal William Barr y su secretario de Defensa Mark Esper cuando buscaba derrotar a Joe Biden.
También sugirió lanzar misiles sobre México para “destruir laboratorios de drogas”, desveló el periódico The New York Times el 8 de mayo del 2022.
Hoy sobran los testimonios de aquel tiempo y lo extraño es no ver al Gobierno mexicano en un examen introspectivo para sacudirse no el discurso trumpista, sino la percepción de muchos actores y el dominio de los cárteles.
Representantes y senadores estadounidenses lo consideran necesario porque, como el fin de semana, ven desaparecer compatriotas secuestrados presuntamente por el crimen organizado.
Por fortuna no hay, hasta donde se sabe, respaldo del presidente Biden ni de su secretario de la Defensa, Lloyd Austin, en aras de actuar con mayor energía para impedir 100 mil muertes anuales por fentanilo.
Pero el tema está en todas las reuniones, incluidas las presidenciales.
Por ello la presión es brutal y aumentará aunque aquí en Palacio Nacional se le considere “más que nada propaganda” porque no hay terrorismo en México.
La chunga no garantiza la soberanía.
DANTE, ZEPEDA Y ALITO
He aquí un escenario:
Hace un par de semanas pregunté a Alejandro Moreno, Alito, sobre el papel de Dante Delgado con el partido de su propiedad, MC, y su negativa de unirse a Va por México.
-Juan Zepeda va a renunciar -le adelanté.
No lo creyó.
A su juicio, ese escenario favorecería a la alianza PRI-PAN-PRD-Panal porque el frente gubernamental ya estaba definido con Morena-PT-Verde y las demás fuerzas son vistas como opositoras.
Pero ante tal posibilidad, agregó, quienes están contra el lopezobradorismo y su Gobierno se unirían a ese frente y por lo tanto favorecerían a la priista Alejandra del Moral.
El tiempo definirá si tiene la razón, pero también hay otro dato: Ana Lilia Herrera, quien al no obtener la candidatura es la delegada especial en el Estado de México, tiene nexos muy fuertes con Zepeda y su grupo.
Esto puede favorecer a Va por México.
LEG