Enrique Aranda 24 agosto, 2022 | Hace 2 años
Tan graves son las consecuencias de normalizar —“trivializar”, sería una mejor descripción– el asesinato de periodistas y comunicadores, y la no investigación o esclarecimiento en la práctica de tales hechos que, igual en la práctica totalidad de las organizaciones sociales, en los más altos niveles del gobierno federal y estatales tiende a acelerarse el encendido de alertas ante lo sucedido en los ocho primeros meses del año.
Esto, no sólo porque el registro de quince o dieciséis atentados fatales en contra de profesionales de la información evidencie la incapacidad y/o desinterés de autoridades por intentar poner un alto a la creciente y al parecer incontenible escalada de estos hechos de violencia, sino en esencia, porque al margen la consolidación de versiones que identifican a México como un Estado fallido a causa de la inseguridad y violencia prevalecientes, la ocurrencia de los mismos mueve a consolidar una preocupante percepción de ingobernabilidad o caos a nivel interno que, más pronto que tarde, derivará en el menosprecio de la ley por parte de algunos sectores de la población.
La sola percepción de que hechos como la muerte violenta, apenas el lunes, del guerrerense Fredid Román Román son parte ya de la cotidianeidad nacional, mueve a preocupación, tanto por la gravedad que implica el que haya un promedio de dos comunicadores asesinados cada mes en lo que va del año, impacte a cada vez menos mexicanos, sino porque a la vista la tendencia del fenómeno, Andrés Manuel López Obrador y los suyos deberán cargar también con este saldo negativo que, perdón, sumará al que es previsible arrojará su fallida gestión en el ámbito de la economía, la salud o la educación, entre otros.
Y ello, al margen consideraciones o preferencias de orden político o ideológico, no conviene a México porque, insistamos, igual en el ámbito de la inversión nacional, ahora parcialmente frenada, que en la del capital extranjero que, al parecer, sigue confiando en el país, en la confianza ciudadana en la gestión de la autoridad y los responsables del orden y la seguridad públicas en primera instancia o, incluso, en el posicionamiento social de respeto a la ley y al Estado de derecho o la unidad social amenaza arrojar consecuencias francamente impredecibles. “Trivializar”, pues, un asunto como el que nos ocupa, suena grave y altamente conflictivo…
ASTERISCOS
* Ahora sí que un día sí y otro también se agregan reclamos de priistas que urgen adelantar el relevo de la dirigencia encabezada por el impresentable Alejandro A(m)lito Moreno Cárdenas en el marco de una Asamblea Nacional Extraordinaria. Ahora fueron exlegisladores federales y locales que se sumaron al Frente (tripartita) Democracia y Justicia Social…
* Donde lejos de solucionarse las cosas tienden a empeorar es en la cementera de Tula, Hidalgo, que, en opinión del consejo de administración de la Cooperativa Cruz Azul, liderada por Víctor Manuel Vázquez, es controlada por casi 400 extrabajadores, imputados algunos por delitos como la operación con recursos de procedencia ilícita, despojo y robo de cemento…
Veámonos el viernes con otro asunto De naturaleza política.