Rubén Aguilar 28 abril, 2023 | Hace 2 años
A las y los cubanos nacidos a partir de los ochenta hacia adelante no interesa la política. Se definen como apolíticos. No son enemigos del gobierno y dicen que les da igual quien esté a la cabeza del mismo.
Del 3 al 13 de marzo con mi compañera y unos amigos recorrimos algunas ciudades de Cuba. Con un sector de las personas que pudimos platicar, en particular de menores de 40 años, fue una constante que se definieran como apolíticas.
Algunas se decían fidelistas, pero que no se identifican con el partido y las actuales autoridades, incluyendo al actual presidente Miguel Díaz-Canel (1960).
Su preocupación más sentida no es la democracia, sino mejorar en las condiciones de su vida cotidiana. De esas conversaciones tomé notas, que resumo en cinco grandes temas:
A las y los cubanos nacidos a partir de los ochenta hacia adelante no interesa la política. Se definen como apolíticos. No son enemigos del gobierno y dicen que les da igual quien esté a la cabeza del mismo.
Algunos se definen como fidelistas, pero no socialistas. Recuerdan sus años en el sistema escolar como algo positivo. Raúl Castro no tiene una gran simpatía y todavía menos el actual presidente Díaz-Canel.
Su descontento no es por la falta de democracia, ese no es tema, sino por las condiciones de vida. Por los cortes de agua, los apagones de luz, la carencia de gasolina, de medicinas y de alimentos.
Ahora la sociedad, diría que incluso gente dentro del gobierno, ven a las y los cubanos que se van del país como héroes. Ellos son los que van a mandar remesas a sus familias e ingresar dólares al país.
Está muy presente, se asume así socialmente, que los cubanos y cubanas que puedan hacerlo se van a seguir yendo del país. El año pasado lo dejaron 250 mil y este año se espera sean 300 mil.
En Cuba, en la manera de organizar la economía, hay evidentes cambios que promueven la generación de más empleo y el incremento de los salarios, que siguen siendo muy bajos. El proceso de apertura, con todo, va muy lento. Hay muchos temores de parte de las autoridades.
Ahora hay muchas empresas privadas de pequeña y mediana dimensión, les siguen llamado actividades a cuenta propia, sobre todo en el campo del turismo y algunos servicios que están funcionando muy bien. Los propietarios pagan los impuestos que les corresponden.
Esas mismas personas, es otro tema recurrente, afirman que los altos niveles de la autoridad pueden tener buenas intenciones, pero que en la estructura de la administración pública hay muchos abusos, prepotencia, corrupción, pero sobre todo ineficacia. La burocracia es muy lenta y complicada. Todo lo hacen difícil. No colabora para que las cosas mejoren.
Algunas de esas personas nos dijeron que si se presenta la oportunidad van a dejar el país, pero otras, que participan ya en nuevos negocios, en algunos casos son los propietarios, aseguran que no se van a ir del país porque aquí está su familia, en particular sus padres, y los quieren apoyar para que tengan una mejor vida en su vejez.
Las personas con las que hablamos tienen una conversación coherente y bien articulada. Tratan de ser objetivas y en su conversación utilizan pocos adjetivos. No tienen problema en ofrecer su punto de vista y son directas, nunca recurren al discurso ideológico.
@RubenAguilar