Roberto Santiago 27 junio, 2022 | Hace 3 años
En poblaciones de los 500 municipios más pobres de México, la delincuencia organizada se está adueñando de mercados legales de alimentos, creando monopolios de facto e implantando un “impuesto” que afecta a consumidores finales.
Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano, alertó que, además de traficar drogas y personas, controlar el robo de combustibles y de agua, el crimen organizado está sobre la venta de pollo, leche, huevo, refrescos y cervezas, entre otros productos.
Los grupos de la delincuencia no solo cobran derecho de piso y cuotas para permitir la distribución, sino, también, los campesinos deben pagar si quieren sembrar determinado alimento, mientras que los comerciantes son obligados a solo vender la mercancía de ciertos productores.
Denuncian que, en ciertas zonas del país, la distribución de algunos productos como la Coca-cola, Bimbo o Sabritas, para poder ser entregados en donde se venden, los repartidores tienen que pagar; no hay de otra, si no pagan, no pasan.
Los estados en donde se ubican estos 500 municipios en donde la delincuencia se apodera de los mercados legales son: Estado de México, Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Sonora, Baja California y Guanajuato, principalmente.