RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 31 julio, 2023 | Hace 1 año
El futuro no podía presentarse peor para Morena en lo que respecta a su primer relevo masivo de gobernadores, aquellos que ganaron protegidos por el manto de la ola obradorista de 2018.
Fueron cinco entidades, de nueve en disputa, las que ganaron con aquella fiebre electoral del primero de julio de 2018, quedando cuatro victorias para la desconcertada oposición, la que se amplió con un nuevo triunfo moreno en la extraordinaria de Puebla, creciendo la cifra a seis.
Claudia Sheinbaum, CDMX; Cuitláhuac García, Veracruz; Rutilio Cruz Escandón, Chiapas; Cuauhtémoc Blanco, Morelos y Adán Augusto López, Tabasco, surgieron como los nuevos gobernantes que traían vientos favorables para esas entidades, en las que ya se había producido, con anterioridad la alternancia. Puebla ganado por la alianza PAN, MC y PRD, hubo de ir a extraordinarias por la muerte de la ganadora Martha Erika Alonso, resultando la victoria de Luis Miguel Barbosa (fallecido en ejercicio del poder).
De esos seis estados, hoy tres son gobernados por los electos en las urnas y tres más por suplentes: Carlos Merino, Tabasco; Martí Batres, CDMX y Salomón Céspedes, Puebla.
Ellos serán los encargados conjuntamente con los que se quedaron todo el sexenio de convencer a la ciudadanía que Morena sigue siendo una buena opción, algo con lo que los electores ya no están de acuerdo, cuando menos en esas entidades.
Y es que varios de esos gobernantes están ubicados como parte de lo peor que le pudo pasar a esos estados.
Cuitláhuac y Cuauhtémoc son terroríficos, arbitrarios, pendencieros, ineptos, torpes, desconocedores de la ley y han dejado que sus entidades (Morelos y Veracruz), estén copados por el crimen organizado.
Rutilio Escandón es todo lo anterior, aunque como hombre de leyes las conoce, pero no las aplica, simplemente se esconde y deja que su entidad arda, tanto que hasta la casa de su madre fue quemada.
Carlos Merino (interino de Tabasco) es simplemente invisible, ignorante, cerril e inútil y carente de personalidad propia, amparado en la protección de Adán Augusto López.
De Martí Batres y de Salomón Céspedes se puede decir que como sustitutos han desempeñado un papel adecuado, cubriendo las ausencias de Luis Miguel Barbosa (por muerte) y de Claudia Sheinbaum, que busca la candidatura presidencial de Morena.
¿Cuáles son las opciones para que Morena retenga esas seis entidades el año próximo? Por inicio de cuentas debe empezar el lavado de cara de los cuatro gobernantes que día con día son señalados por su inacción, torpeza y hasta corruptelas, además de comprometerse a actuar en consecuencia si se les comprueba algún delito, además de presentar candidatos distantes de lo que son los actuales gobernantes.
Morena busca ampliar su horizonte de gobernadores, ya que en la actualidad cuenta con 23 (Delfina Gómez asumirá el 15 de septiembre) y de las nueve en disputa espera alcanzar la mayoría.
La situación no es sencilla para ellos, pues en su primera rendición de cuentas, tiene facturas pendientes que les serán presentadas y cobradas en las urnas.
De las nueve entidades las que corren mayores riesgos son las de CDMX, Puebla y Morelos, de las otras tres con todo y los malos gobiernos estatales, los electores están conformes con el gobierno federal, lo que puede redundar favorablemente.
Los buenos prospectos con que se cuenta para la candidatura contribuirán en mucho para un eventual triunfo, mientras que esperan ampliar su territorio con una posible victoria en alguna de las tres que mantiene la oposición, como son los casos de Jalisco, Guanajuato y Yucatán. En esta última entidad se siente la aparición de un fenómeno similar al de Sinaloa, Oaxaca, Hidalgo y Estado de México, en que los gobernadores fueron atados de manos para favorecer el triunfo opositor.
Mauricio Vila puede unir su nombre a los de Quirino Ordaz, Alejandro Murat, Omar Fayad y Alfredo Del Mazo.