RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 6 diciembre, 2022 | Hace 2 años
Dos “corcholatas” y una que no lo es se encuentran realmente en la contienda por la candidatura presidencial de Morena. La tercera “corcholata” no parece correrle prisa por integrarse a ese boom.
Claudia Sheinbaum es la favorita del Presidente de la República y de la mayoría de gobernadores de extracción Morena, así como de los altos mandos de ese partido, es la más activa. Viaja a los estados, da sus mañaneras y hasta atiende las recomendaciones de las autoridades electorales.
El segundo es Marcelo Ebrard quien decidió asumir las consecuencias de abrir sus cartas y hasta anunció un extenuante recorrido por los 300 distritos electorales en que se encuentra dividido el país.
El que no es “corcholata”, Ricardo Monreal, recorrerá también el país en busca de la reconciliación nacional y mantiene su firmeza en continuar participando como aspirante presidencial.
El que, por ahora, se mantiene discreto es el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, la tercera “corcholata” destapada por el Ejecutivo federal. Después del recorrido por las calles de la ciudad y los apretones recibidos, decidió bajar su intensidad, aunque sí se mantienen las bardas y paredes con la leyenda: Que siga López, estamos a gusto con él.
Los prospectos presidenciales de Morena muestran que son incansables y que el gas habrá de durarles hasta que definan al elegido o elegida como abanderado (a) de Movimiento de Regeneración Nacional.
De los opositores, pocas noticias hay. Si acaso Santiago Creel que quiere realizar el periplo por todo el territorio nacional al alimón con Monreal.
En el entorno de los aspirantes de Morena saben que será un intenso recorrido y un gran ajetreo al que serán sometidos en lo que resta del tiempo para nominar a su candidata o candidato presidencial. Claudia es la más entusiasmada con ello, sabedora que la selección se realizará por la vía de las encuestas, las que no la bajan del primer lugar, aunque muy cercano, Marcelo le sigue los pasos.
Cada uno de ellos le imprime su propio estilo, en la búsqueda del premio mayor, que no requiere de billete de la lotería, sino de la aprobación del gran Tótem de Movimiento de Regeneración Nacional.
Sorprende, sí, que Marcelo se ponga las pilas y le suba presión al juego de la sucesión, cuando muchos lo veían inánime, casi olvidado de entrar en forma activa en la competencia.
Ricardo Monreal tiene ya estructurado su programa de gobierno y las proyecciones a seguir si es que obtiene la candidatura presidencial y Adán Augusto comienza a reunir mayor número de seguidores.
Las tres “corcholatas” y el adicional saben que los tiempos corren aceleradamente y que les urge placearse por las diferentes regiones del país, ante el riesgo de ser rebasados por sus adversarios internos.
Son tiempos de olvidar la prudencia, aunque siguiendo las reglas del juego, tanto las de su partido (que no las tiene) como la de los organismos electorales que mantendrán una estrecha vigilancia, si es que se pasan de tueste.
Hay dos dudas que subsisten en este entorno y son la referente a si Marcelo sobrevivirá a la presión y la de Monreal, si se mantendrá dentro del partido.
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Layda Sansores no dejó pasar la oportunidad de estar con el presidente López Obrador y adelantar el “Martes del jaguar”, con una nueva puya en contra de Ricardo Monreal, ocasión que aprovechó el Ejecutivo federal para aclarar que no tiene ningún problema con el coordinador de los senadores de Morena, así como tampoco con Gerardo Fernández Noroña, quienes buscan el cobijo de Morena en sus pretensiones presidenciales, sin la venia del gran elector.