Iván Soto 9 marzo, 2022 | Hace 3 años
Por Iván Soto Hernández
@IVANSOTTOH
Desde hace varios días la estrategia de Marina Vitela en este periodo de intercampaña se ha simplificado a ocupar su tiempo en dos grandes acciones:
1.- Estar muy atenta a los amarres que se tienen que hacer arriba, en Palacio Nacional y sus alrededores, es decir en los círculos nacionales y regionales del poder.
2.- Durante su estancia en Durango, entre reunión y reunión, se convierte en un especié de call center, con decenas de llamadas al día para invitar a sus amigos y conocidos priistas, panistas y perredistas a sumarse a su campaña.
Marina sabe que una llamada suya como candidata al gobierno de Durango, en la mayoría de los casos influye muchísimo para poner a pensar a liderazgos políticos, empresariales, sociales o incluso religiosos, pues si estos no consideraban apoyarla o votar por ella, ese pequeño gran detalle puede hacerlos cambiar de opinión.
Las llamadas telefónicas de Vitela han empezado a dar resultados. También, la apertura para hablar o sentarse a hacer acuerdos con personajes que en el pasado reciente apoyaron a sus contrincantes en la interna de Morena, particularmente gente que fue muy afín a José Ramón Enríquez.
En el caso de Esteban Villegas, sus dos grandes prioridades parecen ser las siguientes:
1.- Conseguir dinero. Algo crucial para poder enfrentar los gastos de una campaña que para él será un tanto atípica, ya que en 2013 y 2016, para la alcaldía y la gubernatura, la responsabilidad de gestionar y administrar los recursos materiales, financieros y humanos de sus campañas tenía el generoso respaldo de Jorge Herrera Caldera.
Es por eso que Estaban ha tenido que desatender los temas locales durante los últimos días, para poder ir a tocar puertas que se atrevan a invertir en su proyecto político, más aún porque Villegas sabe que no contará con el respaldo del gobernador saliente, José Aispuro Torres
2.- Una segunda prioridad de estos últimos días para Esteban es, sin duda, tratar de conciliar los intereses de los diferentes grupos del PRI, PAN y PRD, para que los procesos de definición de candidatos a alcaldes, síndicos y regidores salgan lo más terso que sea posible.
Y no es fácil, por lo visto, ya que los intereses de los grupos que buscan las presidencias municipales son muy concretos: quieren las tiendas de sus respectivos municipios, y si no lo logran, chantajean con aceptar la llamada de Marina Vitela.
Y es que, la labor que realicen o dejen de realizar Marina y Estaban en esta etapa de intercampaña, será crucial para saber en qué condiciones entra cada uno a la campaña a partir del 3 de abril.
Vitela lleva una cierta ventaja para abonar a la organización interna de su equipo y sus aliados, sobre todo a raíz de los grandes brotes de desorden que se evidenciaron durante su precampaña, pues seguramente eso permitió ver las deficiencias y tratar de corregirlas.
Villegas lleva más de un mes de retraso en esas vivencias. Y aunque su definición a finales de enero se convirtió en un revulsivo que le ayudó a posicionarse puntero en las diferentes encuestas, en los hechos, la labor de cicatrización todavía tiene muchas aristas y zonas de riesgo sin atender.
Esteban debería estar ahorita como Marina: haciendo muchísimas llamadas al día para sumar y sumar nuevos aliados que no estaban y que se deciden a entrar a su proyecto.
Sin embargo, eso es algo que todavía no ocurre pues apenas está enfocado en evitar que siga registrándose más desbandada. ¿Le alcanzará el tiempo? Ya se verá.