RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 19 enero, 2023 | Hace 2 años
Si alguien puede ser responsabilizado de la crisis política que se vive al interior de Movimiento de Regeneración Nacional es su presidente nacional, Mario Delgado.
Morena se encuentra en riesgo de convertirse en un partido émulo del de la Revolución Democrática, donde la existencia de diversas tribus y la concentración de fuerza en una sola de ellas fueron los principales motivos de su casi extinción en la actualidad.
El PRD se fundó con la fusión de diversos partidos políticos y con el registro cedido por el PMS, pero se adhirieron a él migrantes del PRI, PFCRN, PPS, PARM y de grupos de izquierda que pertenecían a organismos pequeños.
Así navegaron sobre aguas tranquilas durante dos o tres lustros, aunque al inicio del nuevo siglo aparecieron los barruntos de tormenta, ya que las tribus creadas por lo diversos grupos existentes exigieron espacios más grandes
Eso y la mala reputación de los principales cuadros perredistas fueron uno de los principales temas que llevaron a Andrés Manuel López Obrador a fundar su propio partido, el mismo que ahora se encuentra sacudido bajo señalamientos de varios de sus militantes hacia el dirigente nacional del partido.
No es Ricardo Mejía, el ahora candidato del PT al gobierno de Coahuila, el primero en acusar de corrupto a Mario Delgado, ya que con anterioridad otros personajes de Morena han hecho lo propio.
El ex subsecretario de Seguridad consideró que Delgado se prestó al juego sucio de las encuestas que no le favorecieron y sí lo hicieron con Armando Guadiana, quien resultó ser el candidato de Morena al gobierno de Coahuila.
Porfirio Muñoz Ledo fue su competidor por la dirigencia nacional del partido y lo acusó de todo lo imaginable, empezando por corrupción y de recibir mil 500 millones de pesos usados en su campaña por la dirigencia nacional del partido.
Una situación similar se le presentó al dirigente de Morena en Baja California en 2021, cuando el entonces gobernador Jaime Bonilla lo acusó de mano negra y actos de corrupción en la selección del candidato a gobernador, situación que recayó en Marina del Pilar Ávila.
Pero no solamente ellos, el académico John Ackerman y su esposa la entonces titular de la Función Pública, Irma Eréndirá Sandoval, son otros adversarios dentro de Morena del presidente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, al igual que el diputado federal Pablo Amílcar Sandoval, entre otros.
Hay otros que le piden a Delgado reglas claras para la sucesión presidencial como Ricardo Monreal, quien considera que no hay transparencia en ello.
Se recuerda como bajo la presidencia de Mario Delgado se realizaron votaciones para la elección del Consejo Nacional del partido donde se multiplicaron las irregularidades y se pidió la nulidad del proceso en once distritos.
Durante muchos años, Mario Delgado fue considerado un fiel escudero de Marcelo Ebrard, del que fue secretario de Finanzas y de Educación, en sus tiempos de jefe de Gobierno de la capital del país.
Mario era el preferido de Marcelo para sucederlo en el gobierno capitalino, por lo que le dio oportunidad de crecer con todo el respaldo necesario, pero no lo consiguió y las encuestas lo situaban en peligro de perder la elección en 2012 y lo posicionaban por detrás de Miguel Ángel Mancera y Alejandra Barrales.
El dirigente nacional de Morena ha creado grandes adversarios dentro del partido que han preferido mantenerse al margen, mientras Delgado siga como dirigente nacional y que creen que para que Morena pueda caminar con paso firme al triunfo electoral en 2024 se requiere que Delgado salga del partido.
Ante tantos señalamientos en su contra, Delgado, simplemente, dice que cicatrizar al partido será laborioso.