Carlos Ramírez 5 mayo, 2023 | Hace 2 años
En la comunidad política de Estados Unidos todavía no alcanzan a entender que las fricciones ocurridas en los últimos años entre el Gobierno de López Obrador y las administraciones de Donald Trump y Joseph Biden forman parte del agotamiento del viejo modelo priista de sometimiento mexicano a los intereses estadounidenses.
Lo malo para EU es que la Casa Blanca no entiende más que de modelos unidireccionales y de tipo imperial y quieren que México se subordine a los “intereses americanos”, sin entender que, mal que bien, existen los “intereses mexicanos” en la relación bilateral.
Estados Unidos acaba de tomar una serie de decisiones estratégicas marcadas por la extraterritorialidad y no se ha preocupado por negociarlas o pactarlas con México, por lo que no debiera extrañar que en el corto plazo haya mensajes de Palacio Nacional de que no, que así no se hacen las cosas y que es necesario platicarlas, por muy prioritarios que sean los intereses americanos en materia de narcotráfico.
Las nuevas decisiones estadounidenses ignoran por completo el punto central del conflicto: seguirá habiendo droga mexicana entrando a EU en tanto existan consumidores y adictos estadounidenses que necesitan los estupefacientes y que el problema no son los cárteles mexicanos en México, sino los cárteles mexicanos en Estados Unidos que controlan el contrabando, la distribución, lavado y la venta en las calles.
Si el problema del narco en EU es de los dos países, entonces la solución tiene que ser entre los dos, aunque la Casa Blanca haya tomado ya sus decisiones para combatir en México el problema de las drogas en Estados Unidos.
Por lo pronto, es de esperarse que las decisiones estadounidenses no se procesen en México.
Zona Zero
• Aunque se entiende que se trata solo de llamar la atención, el dirigente del Partido de los Chuchos, Jesús Zambrano Grijalva, parece haber perdido el sentido de la realidad. Acusa al Presidente de un “golpe de Estado” con decisiones que han sido anuladas por la Corte y por tanto ineficaces. Pero lo interesante es el lenguaje de Zambrano: fue militante activo de la Liga Comunista 23 de septiembre, participó en acciones guerrilleras criminales, buscó derrocar al Gobierno o cuando menos provocar un golpe de Estado y estuvo en la cárcel por esos delitos, y hoy aparece casi como acólito de la democracia.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
@carlosramirezh