Carlos Ramírez 12 mayo, 2023 | Hace 2 años

Migración y crisis del capitalismo

Aunque toda la atención se ha centrado en la zona de guerra en que se ha convertido la frontera México-EU por problemas de migración, narcotráfico, corrupción y delitos asociados, y la única salida ha sido la militarización estadounidense, el fondo del problema es simple de explicar: el modelo político capitalista ha derivado en el dominio de poderes fácticos que han polarizado la división social entre pobres y ricos.

Las caravanas interminables de migrantes del sur del Río Bravo que quieren entrar por la fuerza a territorio estadounidense en busca de salario y bienestar, en realidad están huyendo de regímenes políticos y económicos que no responden a los intereses de la sociedad no propietaria, además de que se tienen evidencias de que se trata de un capitalismo delictivo, es decir, que los intereses de los empresarios se fusionan o compiten o conviven con el poder económico, político y social de los poderes fácticos del crimen organizado.

A ello se agrega la parte más importante de la ecuación: la crisis económica y de modelo productivo de Estados Unidos ya no está satisfaciendo a sus propios nacionales y menos aún tendría capacidad para dar empleo y bienestar a ingresos mayores a 5 millones de personas en el corto plazo y muchas más después.

En este contexto, la crisis migratoria es reflejo del colapso del modelo económico capitalista estadounidense que no ha entendido las necesidades sociales de las masas no propietarias y está aumentando la polarización de sus propios nacionales, por lo que el modelo no tiene capacidad para atender las necesidades de personas que quieren ingresar en busca de empleo y bienestar.

Mientras no se entienda que la migración es producto del colapso del modelo capitalista, la frontera México-EU seguirá aglomerando personas tratando de ingresar legal o por la fuerza a territorio estadounidense.

Zona Zero

•Mientras de Estados Unidos envían mensajes a México en el sentido de que vienen tras de las estructuras criminales del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación, estas dos agrupaciones continúan expandiendo su poder y penetración en importantes zonas regionales, y ya entraron a la Península de Yucatán, se asentaron en Querétaro y están moviéndose en Ciudad de México, mientras la Guardia Nacional amplía su presencia, pero sin entrar en operación o en confrontación con las organizaciones criminales que interesan a la Casa Blanca.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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