Carlos Ramírez 15 julio, 2022 | Hace 2 años
Lo de menos fueron los lenguajes corporales de fastidio del Presidente y la vicepresidenta de Estados Unidos, porque el fondo de la minireunión México-EU en la Casa Blanca, solo buscaba fotografías que superarán aquella decisión de López Obrador de reventarle la IX Cumbre de las Américas al presidente Biden.
Y aunque la agenda bilateral tiene más pendientes que resultados y muchos de ellos muy urgentes, en Washington no se notó ningún interés o nerviosismo por encontrarle solución, quizá porque ambos presidentes se encuentran ya rumbo a la terminación de sus periodos de Gobierno, aunque Biden lleva las de perder porque no quieren su reelección ni la candidatura de la vicepresidenta ante el fortalecimiento de los republicanos y de Donald Trump, y el Presidente mexicano tiene capacidad para incorporar el factor EU en la definición de la candidatura de su sucesor.
No hubo en Washington ni siquiera el interés por desahogar los temas más importantes del Tratado en materia de los cambios introducidos de manera práctica por el Gobierno mexicano y que afectan a empresas estadounidenses, porque la reunión del miércoles careció de alguna figura reguladora de la Casa Blanca, debido sobre todo al interés estratégico del presidente Biden en el G-7, la OTAN y las relaciones con Israel y Arabia Saudita en el escenario ucraniano.
En los hechos, Estados Unidos dejó el mensaje de que todas las controversias de seguridad, economía y geopolítica se tratarán en paneles especiales que están funcionando y que los presidentes en realidad no tienen demasiada influencia para resolver controversias. Por ello la actitud distraída del Presidente estadounidense que en realidad bien no pudo haber sido una intención grosera ante su huésped, sino la acumulación de conflictos por el deterioro de la aprobación de su Gobierno.
Zona Zero
• El tiroteo entre fuerzas de seguridad y una célula del Cártel de Sinaloa en la zona de Tlalpan fue el aviso de que los grupos delictivos han aprovechado la disminución operativa del Estado para asentarse en la capital de la República, algo que ya había sido avisado con violencia en 2020, cuando un comando especial del Cártel Jalisco atentó de manera muy agresiva contra el secretario capitalino de seguridad. En los hechos, la política de seguridad pública en CDMX pasó a ser un asunto de seguridad interior del Estado.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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