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°CEnrique Aranda 2 mayo, 2022 | Hace 3 años
L12: ni responsables ni transparencia, sólo opacidad…
Literalmente, “secuestrado” por los más radicales de la izquierda morenista y, en consecuencia, cada vez más lejos de los más mesurados y pensantes de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador parece dispuesto a “apostar su resto” a cambio de imponer —“al costo que sea”, a decir de alguno de sus cercanos— iniciativas y programas que favorezcan el restablecimiento del presidencialismo autoritario y avanzar con mayor celeridad en la socialización planeada del país.
Amparado por personajes cuyos niveles de ideologización, en opinión de los más, exceden con mucho su capacidad técnica o profesional: el cuestionado Jesús Ramírez Cuevas, su camarógrafo (de buró) Epigmenio Ibarra Almada y no pocos de los integrantes del llamado Clan Concheiro, que lideran Pablo Gómez Álvarez, de la UIF, y su expareja Elvira Concheiro Bórquez, la tesorera federal, entre otros, el tabasqueño tiende a acrecentar el grado de polarización crítica y directa confrontación con actores públicos contrarios a su gestión —periodistas e intelectuales de preferencia—, al tiempo que avala la adopción de políticas ambientales, económicas y/o de seguridad, por ejemplo, orientadas a imponer su voluntad, sin importar el costo de las mismas y que se acelere con ello el deterioro y eventual fracaso de la administración por él encabezada.
En las últimas semanas, luego del “desastroso” inicio de año que se prolongó ya hasta el cierre de abril, la multiplicación de anuncios que, a decir por él mismo o de quienes le rodean, habrán de concretarse, aun a costa de la realización de expropiaciones, la emisión de decretos más producto del capricho presidencial que de una reflexión seria o el diálogo con sectores interesados, la resurrección de añejas políticas —el control de precios o la imposición de cultivos desde el gobierno ahora—, cuya ineficiencia probó el más rancio priismo de los 70 u 80 o, incluso, la dilapidación de miles de millones del erario para “disfrazar” las alzas, tales como las de las gasolinas, son la constante de hoy que, al margen de que se manifieste o no, mantiene en vilo a empresarios, dirigentes de sectores estratégicos y a no pocos gobiernos socios del extranjero.
A la vista, el nivel de descomposición del gobierno de la 4T, pues, y más aún el desconcierto, malestar o enojo que de manera cotidiana evidencia quien de manera personalísima lo encabeza, resulta ya, ahora, cada vez más preocupante…
ASTERISCOS
*¡Vaya malestar! el que, al más alto nivel del gobierno federal, sigue provocando la decisión de Aeroméxico, de Andrés Conesa, de reducir de una diaria a sólo tres veces por semana la frecuencia de sus vuelos entre Villahermosa y el Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles (AIFA), argumentando criterios de carácter técnico y/o económico. Así o más revelador…
* Evidenciada (de la peor manera posible) la existencia de armas al interior de la cementera Cruz Azul, de Tula, Hidalgo, no son pocos los que se preguntan qué es lo que debe ocurrir para que tanto el gobierno del (¿ex?) priista Omar Fayad como la justicia se aboquen (en serio) a cancelar este polo de potencial violencia y recuperen las instalaciones para la cooperativa…
Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.
