RAMÓN ZURITA SAHAGÚN 24 junio, 2022 | Hace 2 años
Son muchos los años (décadas ya) de que un grupo de partidos políticos se venden al mejor postor, esperando mantener el registro y vendiendo caro su amor a los tres partidos (Morena desplazó al PRD) considerados dentro de la competencia electoral.
Esos partidos catalogados como rémoras ven pasar los procesos electorales y se mantienen en el filo de la navaja, con ocasionales victorias en algunos comicios que los hacen elevar aún más los precios de su amor y sus alianzas.
Al correr de las décadas recientes, las leyes electorales se han endurecido, elevando los porcentajes necesarios para garantizar el registro de los partidos políticos. De 1.5 por ciento se subió a dos, dos y medio y ahora se requiere de un tres por ciento de los votos emitidos para seguir concurriendo a los procesos electorales, sean federales o locales.
En muchos de los casos se aferran con las uñas para llegar al límite permitido y en otras recurren a “chicanas”, apoyados por sus aliados. Se recuerda como hace menos de una década, el PT se quedó sin registro a nivel nacional, pero entonces encontraron un resquicio para sobrevivir, mediante la elección extraordinaria en un distrito de Aguascalientes, donde dejaron vía libre al PT, para alcanzar esa pequeña cifra de sufragios que le hacían falta.
Y es que desde hace algunos años se determinó que todos los partidos contaran los votos recibidos para cada uno, sin importar que fueran en alianza. Antes de eso los partidos de coalición se repartían los votos para la supervivencia de cada uno de ellos y tener acceso a los recursos públicos.
Los resultados electorales del pasado cinco de junio alertaron a los partidos políticos nacionales, pues varios de ellos quedaron relegados a nivel estatal, debido a la poca producción de votos que recibieron.
Uno de esos partidos que se jugarán su registro en los comicios federales del 24 es el Verde Ecologista de México que sentó sus reales en San Luis Potosí con un candidato extraído del PRD, quien gobierna la entidad y en los comicios de junio pasado recibió una alta votación en Quintana Roo, pero que se quedó sin registro local en Aguascalientes, Hidalgo y Durango, al no llegar al límite del tres por ciento.
Sucedió algo parecido con el PT en Aguascalientes, el mismo estado que le sirvió de trampolín para en lo federal mantener el registro hace unos pocos años.
Los dos partidos mencionados (PVEM y PT) son parte de la alianza constituida con Morena, a la que acompañan en la mayoría de las candidaturas, pero ya evidenciaron que yendo sin el cobijo del Movimiento de Regeneración Nacional no llegan a ningún lado.
El Verde, desde su nacimiento, ya perdió el registro nacional en una ocasión y en las demás se aferra a las alianzas con el partido que consideran mayoritario en ese momento. En 2000 se aliaron con el PAN y la candidatura de Vicente Fox, pero al recibir el desprecio del que fuese electo como Presidente de la República, buscaron otro cobijo y lo encontraron en el PRI, con el que fueron en 2006 y les fue muy mal, seis años después fueron parte de la alianza ganadora y eso les permitió ganar su primera gubernatura (Chiapas), aunque en 2018 la venta de su amor al PRI les dejó una buena bancada en el Congreso de la Unión, a costa de la pérdida de espacios para los tricolores. 2021 les valió un nuevo aliado, el partido en el poder, Morena y conquistaron su segunda gubernatura y hasta una tercera envuelta una de sus figuras por el manto protector de Morena.
El PT, con la misma vigencia del Verde, no ha logrado ganar, hasta ahora, ninguna gubernatura y se ve lejano lo consiga, pero siguen aferrados a la alianza con el poderoso. En los pasados comicios en Aguascalientes, PT y Verde quisieron experimentar con una alianza entre ellos, sin el cobijo de Morena y ambos perdieron el registro local.
Con el PRD viene sucediendo algo parecido de ser el partido ancla, ahora es rémora y la pérdida del registro local en Durango (fueron en la alianza ganadora), Hidalgo y Tamaulipas, llevará a que en las siguientes alianzas las condiciones habrán de cambiar.
Estos tres partidos corren el riesgo de quedar fuera de la competencia electoral después de los comicios de 2024.